Darme a respetar... me define
El poder de la pluma
En el mundo en que vivimos, tan acelerado y despreocupado de ciertas cosas, entre ellas convivir y conocer, nos encontramos con situaciones en las que el respeto es de las primeras cualidades que perdemos por no saber poner un alto a las personas que cruzan esa línea tan delgada entre la irreverencia y el ser irrespetuoso. Nos ocupamos de respetar a los demás y olvidamos que el darnos a respetar es parte de lo que va rigiendo nuestra personalidad a través del tiempo también. Es definitivo que, para pedir respeto, he de respetar a las personas tal cual son y sus libres pensamientos, aunque aclarando que respetar y aceptar las formas de pensamiento diversas en la humanidad no significa que esté de acuerdo. Y esa es la riqueza de la multicultural raza humana. El respeto se debe a las cosas, los seres vivos y las personas.
Aquí te doy 5 acciones a seguir para darte a respetar de la mejor manera:
1.- Valórate a ti mismo.- Nadie va a darte mayor valor que el convencimiento que tengas de tus propios alcances. Cuando te des cuenta de esto, no necesitarás aduladores, sino guías que te lleven por ese camino a explotar tus talentos. Cuando te valoras, no le permites a nadie que cruce ningún límite.
2.- Sé original.- Tu esencia y personalidad son parte de ti, no te permitas cambiarla imitando o tratando de ser otra persona, porque ese es el principio de perderte el respeto. Lo que hagas, lo que digas y lo que pienses debe ser por ti, porque así eres, y así actúas ante ciertas circunstancias. Por lo que la gente te va a identificar es por tu personalidad, no por tus imitaciones.
3.- No trates de caerle bien a todo el mundo.- Todo acto que realices por tratar de caerle bien a todo el mundo es sinónimo de falta de aceptación de tu parte y de querer dejar una buena impresión en todos. Esta es una de las formas más fáciles para no darte a respetar. Todos somos diferentes y tenemos gustos distintos. Acéptalo y sigue adelante.
4.- Piensa lo que dices y di lo que piensas.- Cuida lo que hablas y la forma en que lo transmites para no ofender, pero jamás dejes de decir lo que piensas sobre algo. Para defender tu punto de vista no es necesario insultar o herir los sentimientos de nadie.
5.- Sé claro en tus límites.- Literalmente “pinta tu raya”. Nadie debe cruzar los límites para faltarte al respeto, y si lo hace, debes dejárselo bien claro y no permitirlo más. Si la persona no lo quiere entender, es problema de ella, no tuyo.
El respeto al derecho ajeno es la paz.