El empoderamiento de las mujeres indígenas las ha llevado a participar en actividades que se encontraban fuera de su esfera, así vemos a muchas que realizan cine indígena o literatura; en el mismo tenor, otras están al frente de desarrollos comunitarios o proyectos productivos. No hay actividad de la cual la mujer indígena esté ausente en su comunidad étnica. Esto no significa que los males de la discriminación, la violación de los derechos humanos, la misoginia y la desigualdad de oportunidades estén vencidas; persisten y se acrecientan con cada amanecer.

El consenso de las mujeres indígenas en zonas rurales y urbanas de liderazgo es el de siempre: no existen trabajos específicos que tengan qué ver con el género y hay falta de capacitación sobre liderazgo femenino desde la óptica indígena.

Por estos motivos se hace interesante el proyecto que realizan la UNAM, la Alianza de Mujeres Indígenas de México y Centroamérica, el CDI y el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, los cuales, por octava ocasión, han convocado a mujeres indígenas y afrodescendientes a participar en un diplomado para fortalecer el liderazgo de mujeres indígenas 2017.

El único requisito de este importante evento es la obligatoriedad de contar con título universitario o de nivel técnico. Todo lo demás, desde viáticos y traslados, va por cuenta de los organizadores, previa aprobación de un proyecto comunitario, además de los quince días de permanencia en la CDMX.

En Yucatán hay muchas indígenas a las que les resultaría interesante esta convocatoria; además del valor curricular, el diplomado permitiría realizar análisis científicos de la intervención en los problemas que atañen directamente al desarrollo de la etnia a la que pertenecen. Sobre todo, tomando en cuenta que en las comunidades del interior del Estado hay mujeres que han obtenido un título universitario y técnico, y por cuestiones de género tienen que permanecer en sus pueblos; por lo común, son los hombres quienes salen de sus comunidades hacia los centros de desarrollo o la capital del Estado. Este potencial no es aprovechado por las instituciones oficiales para capacitar a estas indígenas con conocimientos académicos para desarrollar actividades de liderazgo a favor de sus pares.

El fortalecimiento del liderazgo de mujeres indígenas es una deuda que tienen las instituciones educativas locales de nivel superior con el grupo de población más vulnerable. Instituciones como la UNO, Uady y UNAM deberían realizar más talleres, seminarios, diplomados o maestrías sobre esta importante actividad.