Populismo
Escudarse en la filantropía para obtener logros políticos es una práctica común, mentirosa y despreciable.
Cáncer que ataca masivamente y de rápida propagación en los tejidos sociales, de la clase media y baja.
Escudarse en la filantropía para obtener logros políticos es una práctica común, mentirosa y despreciable, que han utilizado siempre los políticos, ante su incapacidad de respuesta a los cuestionamientos de la sociedad, a la que han explotado permanentemente, y hoy se parapetan en la filantropía para llevar agua a su molino, engrasando la maquinaria de difusión y de personajes que fingen amnesia para tener acceso a las jugosas dádivas que los pseudofilántropos publicitados les hacen llegar.
Pero el fondo es claro: ¿de qué le sirve a un discapacitado una silla de ruedas que no corresponde a sus necesidades físicas particulares? ¿O los festivales que le “regalan” al pueblo para enmascarar la realidad de la abismal injusticia en la distribución de la riqueza?
Usan la filantropía para comprar votos a precio muy bajo, humillando a los que requieren de un tercer sector auténtico, responsable y comprometido con las necesidades reales de los grupos vulnerables, que no debe de permitir que sean usados como señuelos para llamar la atención de los sectores populares sin que realmente estén proporcionando algún beneficio a los que lo necesitan. Solamente están haciendo ruido para que los medios de difusión puedan magnificar sus actos. Me gustaría ver a esos políticos que regalan sillas de ruedas sentarse en una de ellas durante tres horas y que hicieran un recorrido por la colonia operando ellos mismos esos incómodos aparatos. A ver quién toma el reto de este alarde populista.
El populismo nos está ahogando tanto en los “regalos” de equipos para discapacitados como en la plantación de árboles, cuando lo que se requiere, más que plantar árboles, es cuidar los que ya existen.
Si quisieran ayudar estos “personajes”, se asesorarían de quienes en verdad conocen del tema.