El 911 existe y asiste
Personalmente comprobé que es servicio es eficiente.
Existe y asiste bien. Pude comprobarlo la otra noche, cuando mi carro dejó de funcionar no por falta de gasolina o exceso de calentamiento. Como dicen coloquialmente: agarró y se paró. Una revisión no delató nada a mi escaso entender de mecánica y recurrí a un agente de tránsito que me sugirió llamar al 911. Sin ánimo, propio de los ciudadanos cuya confianza en las instituciones está agotada, marqué el 911; una atenta operadora me saludó y me ofreció ayuda.
Le dije en pocas palabras, con incredulidad de obtener lo que necesitaba: mi carro no funciona y requiero apoyo mecánico. “Deme su ubicación, placas y color del vehículo y le enviaré apoyo”; le proporcioné los datos: “Permítame (habló por radio sin perder comunicación conmigo y concluyó): en 12 minutos estará con usted la unidad 4 para apoyarlo. ¿Se le ofrece algo más?”. Contesté lentamente: “No, nada, gracias”.
A los 11 minutos se detenía una unidad de la Secretaría de Protección y Vialidad, un mecánico, previo saludo, procedió a la revisión del carro, diagnosticando la falla: la bobina no funciona. Me propuso llamar una grúa o dejar mi vehículo para venir a la mañana siguiente a repararlo. Imposible dejar mi volchito en la calle.
¿Qué hacer?… Y viví otro evento muy poco común para los que hemos estado fuera mucho tiempo.
Recurrí a un amigo, quien me dijo que se encontraba en una fiesta. Me negué a que saliera de su festejo para ir a auxiliarme, pero le pedí que me recomendara una grúa económica, ya que traía poco efectivo. Me dio el teléfono de las grúas Abimerhi. Me pidió que les mencionara su nombre y les dijera que al día siguiente pasaríamos a pagarles. Me sonreí por dentro, pero hice lo que me dijo. La persona que me contestó consultó con un Sr. Chikri Abimerhi (a quien no tengo el gusto de conocer) y autorizó el servicio... “Sólo en Yucatán”...