Fiesta y carne
El Poder de la pluma
Como quien no quiere la cosa –dicho popularmente-, las festividades carnestolendas de Mérida están a un paso de dar inicio, sobre todo que este mes de febrero solo carga 28 días.
O sea, la pachanga está a la vuelta de la esquina.
Y, como cada año, desde hace seis, retorna la polémica de si el Carnaval de Mérida tiene que regresar a la que fue su sede por años y años, el Paseo de Montejo, o bien se queda en las instalaciones de la Feria de x´Matkuil que, por supuesto, están alejadas de las zonas céntricas de la capital yucateca.
Las opiniones carnavalescas están divididas, como siempre -casi al estilo de los que aman e idolatran al presidente Andrés Manuel López Obrador, y los que no lo pueden ver ni en pintura, lo tachan de “comunista” (jajaja, no me hagan reír) y que, de antemano, ya fracasó cuando no han transcurrido ni tres meses de su gestión- y todos quieren tener la razón.
Por ejemplo, algunas amistades –aunque no lo crean, Espectrín Gómez sí tiene dos que tres amigos- dicen de tajo: “Desde que se fue el Carnaval (ah, caray, ¿camina solo?) del Paseo de Montejo yo no he ido a x’Matkuil; es un des… y está lejos. Debe retornar a Montejo”.
Otros, en cambio, afirman que la decisión de Renán Barrera Concha, en su primer período como alcalde (de 2012 a 2015), de trasladar la “fiesta de la carne” al escampado sitio de x´Matkuil es lo más acertado que se ha hecho, en este renglón, en los últimos 30 años por lo menos. ¿Por qué?
Simple y sencillo: solo a determinados fariseos, importados de Sodoma y Gomorra (algo así como Kanasín y Tixkokob, respectivamente, después de 2 mil y pico de años) les encantaba ver la parte más emblemática de Mérida, el Paseo de Montejo, sucio, cochino, wixado, guacareado, “cacaraqueado” incluso; pestilente con olor a “cheva” fermentada por el sol y demás atrocidades que, para nada, son dignos ejemplos de un pueblo que se precia de ser pachanguero pero limpio, antes que nada.
La banda también tiende a decir: “Los empresarios están encab… porque se llevaron el carnaval bien lejos y dejaron de ganar dinero durante una semana”.
No, para nada. La mayoría de la clase empresarial billetuda está feliz de que la carnestolenda esté casi por China o Chiná (Campeche).
Antes, sus comercios solo servían para “wixaderos”; ahora, con el Carnaval, siguen igual de tranquilos. Sus ventas no descienden a niveles alarmantes y prefieren la tranquilidad que el desenfreno.
PRIMERA CAÍDA.- Reni Barrera presentó en la Ciudad de México esta edición carnavalesca, la cual promete ser más organizada y bullanguera. Va por más turismo y derrama de billetes.
SEGUNDA CAÍDA.- Si la banda acude a la Feria Yucatán, ¿por qué no hacerlo en carnaval?
TERCERA CAÍDA.- ¿Qué prefieren? ¿Una Mérida sucia o limpia? ¡No cedas Reni!