Dudas del idioma
El poder de la pluma
NO HAY IMPROPIEDAD. En el breve lapso que le permiten sus ocupaciones profesionales, el médico Hernán Ramírez Loría se informa del diario acontecer en el estado de Yucatán. En un antiguo periódico de esta provincia una noticia llama su atención y la envía a esta columna. El título dice: “Más filtros para guiadores que entran en Tizimín”. El acreditado ortopedista comenta: No hay filtros para los guiadores que entran en otros medios.
¡Ah! Aquí surge una duda. De acuerdo con el español que hablamos en Yucatán, estaríamos en presencia de una impropiedad de lenguaje al utilizarse las palabras con un uso distinto al que realmente tienen.
En nuestro vocabulario regional, en vez de decir “entran en Tizimín”, decimos “entran a Tizimín”.
Sin embargo, el Diccionario de Dudas y Dificultades de la Lengua Española, de Manuel Seco, nos indica: “Un uso antiguo es el de a para denotar lugar determinado en un texto (hoy diríamos en). Ejemplo: ‘Que se menciona al capítulo 35’. Este uso se mantiene en el lenguaje administrativo: Registrado al libro 240 folio 31”.
El mismo lexicón nos dice que la voz “en” significa “lugar en donde” y cita como ejemplo “Estoy en casa”. También menciona como significado de “en”: “término de un movimiento”; y como ejemplo: “Entraron en la alcoba”.
Entonces, no hay gazapo al decir “entran en Tizimín”, pues esa forma de hablar o escribir pertenece a la lengua castellana como se habla actualmente en España. Al decir “entran a Tizimín”, nosotros utilizamos una forma antigua -pero no incorrecta-, del idioma español, pues, así se usa en América, según menciona el Diccionario consultado.
Gracias, don Hernán, por este magnífico material para la columna y, previo saludo a nuestro querido amigo tizimileño Tono Alcocer, pasamos a otra cuestión.
OSCURIDAD EN LA REDACCIÓN. En el mismo periódico que disfruta el Dr. Ramírez Loría vemos que una agrupación campesina inicia “una resistencia para que las autoridades vinculadas al agro frenen el despojo de las tierras de los ejidatarios, que luego sirven para los grandes proyectos privados, como los inmobiliarios y asentamientos de grandes empresas de capitales extranjeras”.
Esa información adolece de oscuridad. No se respetó el orden en que deben escribirse las palabras, pues, según la gramática, los adjetivos califican al sujeto más próximo. Mucho más claro sería decir: asentamientos de empresas extranjeras de grandes capitales.
La resortera entra en acción; un buen disparo de la honda hacia esa falta de claridad echa a tierra al vistoso ejemplar, lo depositamos en el sabucán y damos fin a la cacería.
Hasta el próximo tirahulazo.