Falta de capacitación

Felipe Escalante Ceballos: Falta de capacitación

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DE VACACIONES. El tirahule está de vacaciones. Mientras tanto, narraremos sucesos ocurridos por la falta de preparación de empleados de distintos comercios, a quienes sus patrones enviaron a atender al público sin antes darles la capacitación necesaria.

WILFRIDO VARGAS. Era el cumpleaños de mi madre política y, conocedor de sus gustos musicales, decidí obsequiarle un disco compacto grabado por Pedro Vargas, muy admirado por mi suegra, quien, al igual que otras jóvenes de su época, lo escuchaba por la radio y lo llamaba “mi novio”, hasta que un día vio su imagen en una película nacional y por la decepción (como sufrieron otras muchachas), se limitó a decirle en adelante “mi cantante favorito”.

A eso del medio día entré a una tienda de música cercana a la catedral meridana y pedí a la joven dependiente la grabación deseada. La chica me respondió: No, no es Pedro Vargas, es Wilfrido Vargas. Al insistirle en que se trataba de “El Tenor Continental”, quien interpretaba mayormente canciones de Agustín Lara, la muchacha aseveró: La canción es El Baile del perrito, el cantante es Wilfrido Vargas. Por fortuna, en ese momento entró al lugar el propietario del negocio, conocido mío, a quien le hice saber mi solicitud. Con diligencia, el hombre me proporcionó dos discos grabados por el también llamado “Samurai de la Canción”. Doña Irma quedó muy contenta con el obsequio, con el cual amenizó el sabroso almuerzo de relleno negro con el que agasajó a quienes acudimos a felicitarla.

VASELINE. En otra ocasión, con el propósito de engrasar las “eses” de las que cuelgo mi fresca y cómoda hamaca, acudí a una de las farmacias de mi querido barrio de Santiago. A una joven que atendía junto un mostrador con gruesos paños de vidrio le pedí un frasco de vaselina simple, sin aroma. Para mi asombro, la muchacha me dijo de modo tajante: No hay.

-¿Cómo que no hay, si lo estoy viendo? Está ahí, en la parte de abajo del mostrador.
–Ah, eso no es vaselina, es Vaseline, no es lo mismo.
–Pues le agradeceré que me dé el frasco de Vaseline-, respondí con toda calma y sin entrar en aclaraciones. Entregado el producto, pagué el precio señalado en la etiqueta y asunto concluido.

GÜISQUI DON PEDRO. Hace unos 15 años la nueva administración de un céntrico bar cercano a mi oficina anunció la reinauguración del lugar con varias promociones para atraer a los clientes. Interesado por la novedad, invité a mi esposa a tomar un aperitivo antes de ir a nuestro hogar. Tan pronto nos sentamos a la mesa la amable camarera nos preguntó qué queríamos tomar. Yo indagué qué güisquis había y la joven, con toda amabilidad, me respondió: Tengo güisqui Don Pedro, güisqui Bacardí, güisqui Viejo Vergel y mencionó dos o tres güisquis más, semejantes a los anteriores. Opté por tomar una cerveza y prestos nos alejamos del lugar. Hasta la fecha no he regresado. Ignoro qué güisquis expendan ahora.

Hasta el próximo tirahulazo

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