Más gazapos por el Covid-19
El poder de la pluma
EMPLAZAR HUELGAS. Durante la obligatoria cuarentena por el coronavirus, para alejar el tedio el tirahule sintoniza la televisión nacional. En un noticiario vespertino, mientras en la pantalla vemos al gobernador de Quintana Roo con cara de alarma, en el cintillo informativo leemos: “Empresas podrían emplazar huelgas por despidos”.
No, señores redactores televisivos. Las empresas o patrones nunca podrían emplazar huelgas por despidos. Nunca son ellos los despedidos sino los trabajadores.
Veamos el Diccionario de la Lengua Española. En su acepción correspondiente el lexicón dice: “emplazar… 3. Der. Citar al demandado con señalamiento del plazo dentro del cual necesitará comparecer en el juicio para ejercitar en él sus defensas, excepciones o reconvenciones”.
De esta definición advertimos lo siguiente: El que emplaza es el demandante al citar al demandado para que comparezca al juicio. Si, como dice la información que comentamos, va a haber huelgas por despidos, serán los trabajadores quienes emplazarán a juicio a las empresas y no al revés.
En esa información se ha utilizado erróneamente el vocablo emplazar, podríamos decir que es un barbarismo. Lo correcto debió ser: Empresas serían emplazadas a huelga por despidos.
La resortera no desperdicia la ocasión y tras colocar una piedrecilla en el “cuerito” y jalar las ligas a todo lo que dan, el guijarro se impacta con violencia en el gazapo y el primer ejemplar del día reposa en el sabucán.
CAMBIO DE HORARIO EN EL SECTOR PRIVADO. Al día siguiente, el tirahule lee temprano un periódico de los de mayor circulación en la entidad. En su sección local ese diario tiene una noticia con llamativo título: “Ven con indiferencia el cambio de horario en el sector privado”.
¿Para qué querrá el sector privado cambiar su horario? Lo cierto es que la frase admite dos interpretaciones.
Estamos, pues, ante una anfibología muy común en las redacciones de los periódicos, producida por no seguirse el orden en que deben de escribirse los elementos (sujeto, verbo y predicado) de la oración.
¿Cómo debió de redactarse ese título? Pues, siguiendo las reglas gramaticales, escribimos: En el sector privado (sujeto) ven con indiferencia (verbo) el cambio de horario (complemento). Qué sencillo es nuestro bello idioma español cuando se siguen sus reglas.
Impaciente, la honda entra en funciones y el cambio de horario sufre dura pedrada que derriba al gazapo.
Otra pieza para el sabucán y finalizamos la excursión cinegética. Hasta el próximo tirahulazo.