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Felipe Escalante Ceballos/

Continuamos con la batida en el monte de la letra impresa. El abogado y cordial amigo Rolando Bello Paredes nos dirige una pregunta. Una revista publica que, al ser entrevistado, el directivo de un partido político dijo: “Estamos concentrados en nuestra labor y estamos atendiendo los retos que la sociedad pide a la primer fuerza de oposición”.

¿Es un gazapo o simple ignorancia del buen uso del español?, pregunta el letrado amigo.
Tiene razón don Rolando, no se trata de un gazapo sino del desconocimiento de las reglas de la gramática española. Gazapo es un error que se comete inadvertidamente al hablar o al escribir y, en este caso, el líder político tenía plena conciencia de lo que decía al emplear el adjetivo “primer” para calificar a la fuerza de oposición.

Aquí vemos una falta a la siguiente regla gramatical: Debe de haber concordancia del sujeto con género, número y caso. En la oración transcrita el sujeto es “la fuerza de oposición” (género femenino), por lo tanto, el numeral ordinal debe de ser “primera” y no “primer”, pues este último adjetivo pertenece al género masculino.

No es un gazapo, sino un vicio del lenguaje que la gramática española denomina “barbarismo”, consistente en pronunciar o escribir mal las palabras o emplear vocablos impropios.

-El cabecero de la versión electrónica de un periódico local se adornó con la noticia referente al proyecto de traer a Yucatán gas natural para emplearlo como combustible en factorías.

Ante las elogiosas palabras de un industrial meridano, el redactor tituló la noticia con el siguiente texto: “Gasoducto, lo más óptimo para traer gas a Yucatán”.

¿Lo más óptimo? Según el Dele, “óptimo” es el adjetivo superlativo de “bueno”, o sea, que no puede ser mejor. Y “más” es un adverbio que denota idea de exceso, aumento, ampliación o superioridad en comparación expresa o sobrentendida.

La expresión “más óptimo” consta de dos aumentativos y si la segunda voz es un adjetivo superlativo, o sea, que ya no puede ser mejor, sale sobrando el “más”.

Es como si dijéramos “el más mejor”. Cayó un buen gazapo y prontamente lo guardamos en la talega.
-Cada vez que adquiero un boleto del Melate con esperanzas de obtener un premio, aunque sea de la “Revanchita”, el propietario del expendio de Pronósticos Deportivos donde compro mis billetes me dice: “Suerte”.

Como respuesta le pido que me desee buena suerte y no solo “suerte”, pues suerte la tenemos todos, unos buena y otros mala.

Yo soy de estos últimos, aunque tal vez sea mejor, pues se dice que quien tiene buena suerte en el amor tiene mala suerte en el juego.

Prefiero el amor y no tener dinero.
Hasta el próximo tirahulazo.

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