La esposa del César no sólo debe ser honesta, sino parecerlo, esta célebre frase se le adjudica a Cayo Julio César después de que su esposa Pompeya Sila lo traicionara con el patricio Publio Claudio en la celebración de la Bona Dea o de la Diosa Buena.

Las mujeres de la elite en la antigua Roma se reunían a principios de cada mes de diciembre para celebrar los ritos de la Bona Dea, una celebración en la que estaba prohibida la participación masculina. Cuando Aurelia, la madre de Julio César, se enteró de la traición, le pidió prudencia a su hijo. Algunas crónicas comentan que éste respondió: “Mi esposa debe estar libre de toda sospecha”. Este pasaje nos recuerda que la desconfianza es imperdonable, pero aún más en las esferas del poder.

Con la aprehensión en Estados Unidos del ex secretario de la Defensa Salvador Cienfuegos vienen diversos cuestionamientos al presidente Andrés Manuel López Obrador por la trayectoria de algunos funcionarios que están en la 4T.

En su libro Los señores del narcotráfico, Anabel Hernández señala al fiscal Alejandro Gertz Manero, a quien, siendo secretario de Seguridad Pública en la administración de Vicente Fox, Joaquín Guzmán Loera se le escapó del penal de máxima seguridad de Puente Grande; otro de los señalamientos de la periodista es al actual secretario de Seguridad de la CDMX, Omar García Harfuch, ya que cuando era titular de la Coordinación Estatal de la Policía Federal en Guerrero fueron secuestrados y desaparecidos los 43 alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa, en septiembre de 2014.

Si bien es cierto que al presidente no se le puede acusar de estar relacionado con el crimen organizado en cuanto a los sobornos, en algunos sectores del extranjero, específicamente de los EEUU, y de México hay sospechas por el trato que le ha dado a miembros del Cártel de Sinaloa.

La aprehensión e inmediata liberación a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín Guzmán Loera, el año pasado, debilitó la imagen de las fuerzas armadas, además está el encuentro casi familiar de López Obrador con la madre de El Chapo, Consuelo Loera, lo cual puso en alerta a los EEUU; hoy México y el narcotráfico son un tema electoral para los vecinos del norte y si arriban los demócratas a la Casa Blanca los cuestionamientos y las filtraciones de la relación entre militares y policías con líderes del narcotráfico serán asuntos de la agenda bilateral.

Como en casi toda Latinoamérica, los grupos criminales en México persiguen fines políticos, como lograr el control de gobiernos municipales, estatales y el federal, con la finalidad de facilitar sus operaciones, reducir los riesgos e incrementar sus ganancias económicas. Actualmente esta actividad deja mucha inestabilidad en algunas regiones del país y la 4T se ha relajado en materia de seguridad.