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Sólo para poner en perspectiva: en esta elección, el gobernador Mauricio Vila Dosal no tuvo en la presidencia a un político de su mismo partido. A diferencia del 2004, cuando Patricio Patrón recibió la visita de Vicente Fox luego del paso del huracán “Isidoro”, llegaron funcionarios federales que luego del paso de tres tormentas y dos huracanes en el trágico 2020 únicamente se limitaron a decir que las reglas de operación no aplicaban.

En el 2004, el virus del H1N1 era algo que no estaba en nuestro lenguaje y estaba lejos de nosotros. Sólo ocurría en África, en la India, en Bangladesh. No en nuestro amado Yucatán ni en nuestra conversación diaria.

En las intermedias de 2004, Yucatán se pintó de azul: habían excedentes petroleros y recursos del ramo 33 que llegaban a los municipios. En el 2021 Yucatán sufrió un recorte de las dos terceras partes al pasar de 9,500 millones que recibía el Ejecutivo en el 2018, a 3,500 millones para poner a operar todo el gobierno.

Este contraste se lee como un respaldo al gobernador Mauricio Vila que a pesar de la adversidad pudo encontrar apoyo que le permitió a su partido obtener la mayoría en el Congreso con 14 de 15 diputaciones locales y las alcaldías en varios de los municipios más grandes de la entidad, entre ellos Mérida, Progreso, Kanasín, Tizimín, Tekax, Umán y Valladolid, este último por primera vez en su historia.

En el caso del PRI, hay que reconocer el trabajo de Jorge Carlos Ramírez Marín, que realizó una campaña limpia, de propuestas inteligentes y sobre todo de lograr colocar a su partido en un honroso segundo lugar a pesar de las torpezas de la dirigencia local. Al igual que Beatriz Zavala en el 2010, logró una votación aceptable; y su partido ganó varios municipios, lo cual destruyó el sueño de algunos intelectuales orgánicos de la vieja guardia izquierdista de romper el bipartidismo en Yucatán.

De Verónica Camino Farjat podemos decir que ha sido la candidatura más cara en términos de rentabilidad política, lo cual le restó credibilidad, votos y confianza al partido Morena en Yucatán, que deberá entrar en un proceso de análisis y de purga para expulsar a los traidores, refundarse y tratar de recomponerse.

Aprovecho para recordar que este 7 de Junio pasado, Día de la Libertad de Expresión, debe ser un momento para el silencio respetuoso a la memoria de quienes ya nos antecedieron en esta terrible pandemia que todavía no acaba. Sigámonos cuidando.

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