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En las pasadas elecciones Morena ganó cuatro estados de la República: Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo, el PAN, PRI y PRD ganaron Aguascalientes y Durango. La enseñanza es que para poder derrotar a Andrés Manuel López Obrador y a su instrumento electoral, la oposición necesita ir en coalición, siempre y cuando los militantes del PRI y PRD se sumen, se les de su espacio que les corresponda. Pero se debe recordar que no se puede construir una alianza solo de membretes.

En la contienda electoral AMLO mostró su vulnerabilidad o su talón de Aquiles, ante los señalamientos de quien le colocara la banda presidencial, el ex legislador Porfirio Muñoz Ledo, quien aseguró que México tiene un narcogobierno y advirtió al presidente que su contubernio con el narco no es heredable, porque el crimen organizado no lo va a necesitar, ya que en todas las plazas los criminales se entienden con quien va a llegar. El presidente no se quedó callado y señaló de corriente y vulgar a Muñoz Ledo.

Un día después del triunfo de Morena en cuatro estados, AMLO aprovechó remarcar que sus opositores realizaron una campaña en la que lo acusan de mantener vínculos con el narcotráfico sin pruebas y les recomendó revisar su estrategia donde afecta mucho el clasismo y su racismo.

Si bien es cierto que Morena fue quien se adjudicó el mayor número de entidades y ha triunfado en 22 estados, no deja de llamar la atención la elevada abstención, es decir, un buen número de ciudadanos no salieron a votar y gana quien tiene la capacidad de movilizar más personas.

En Oaxaca solo salió a emitir su sufragio el 38% de los ciudadanos, en Quintana Roo el 40.5%, en Durango el 50%, en Hidalgo el 47%, y en Aguascalientes el 46%. En el caso de Quintana Roo solamente cuatro de cada diez ciudadanos acudieron a las urnas y se observó que en las ciudades como Cancún, Playa del Carmen y la zona norte, la participación fue escasa, caso contrario de lo que aconteció en el sur de la entidad, donde están las poblaciones con mayor rezago y donde los programas sociales operan.

Y es que en los centros urbanos y clase medieros el apoyo que le otorgaron al Presidente ha estado decreciendo, sobre todo en la población juvenil, que son los que tienen más acceso a los medios de información y están en una etapa en donde el análisis y la crítica es parte de su formación.

Para nadie es un secreto que Morena, sin mayor problema, entra en negociaciones con las elites del poder local con tal de obtener el control, muchos de sus nuevos aliados son señalados por su cercanía a grupos criminales como es el caso del gobernador de Tamaulipas Américo Villarreal, o los señalamientos que se le realizan al líder nacional de Morena Mario Delgado, por sus nexos con el empresario Sergio Carmona, conocido como el rey del huachicol, a quien en un video se le observó gritando arriba el cartel del Golfo.

Atrás quedó el discurso de la izquierda sobre el acceso a la tierra, la pobreza material y cultural, la discriminación por motivo de género o preferencia sexual, la solidaridad con las víctimas del crimen organizado, no velar en materia de salud por los grupos más vulnerables. Morena gana en 22 estados nada más que en las últimas elecciones los que no salen a votar son la mayoría.

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