La opinión dominante en las redes sociales
El Poder de la pluma
Desde hace algunos meses no pasa una semana sin que lea en algún lado por donde navego en internet la opinión del novelista y filólogo Umberto Eco sobre que las redes sociales le “han dado el derecho a la palabra a legiones de imbéciles”.
Cada vez se acrecientan más los problemas en dichas plataformas de comunicación, que además son una puerta abierta a la intimidad de las personas que se convierten en víctimas de delitos.
Apenas el domingo leía cómo narraba un columnista de El Universal un secuestro planeado desde la cuenta de Facebook de la víctima.
¿Cuántas personas usan realmente las redes sociales con responsabilidad o con algún propósito diferente al del entretenimiento?, se pregunta otro columnista en el sitio del Club de libros perdidos.
Hace un par de semanas, con la agresión a una joven por parte su pareja karateca (y la posterior viralización de las imágenes de los golpes), el coraje y el llamado al linchamiento circulaba pidiendo la cabeza del sujeto: “Una madriza que le den”, escribieron hombres y mujeres por igual.
El debate también se formó (quizás la cosa más positiva) y se discutió qué tipo de castigo merecía el hombre o sobre si la ley en el Estado es justa.
Me topé entonces con La teoría de la espiral del silencio, formulada por Elisabeth Noelle-Neumann, que explica la forma en que la opinión pública actúa como una forma de control social, al plantear que las personas adaptan su comportamiento a las opiniones predominantes en su entorno.
Una tendencia natural que los individuos tienen frente al aislamiento que podría comportar expresar opiniones “minoritarias”. La espiral se dibuja a medida que las opiniones minoritarias se silencian y las consideradas mayoritarias aumentan y se vuelven dominantes.
Me gustaría aconsejarle tener en cuenta lo anterior al momento de manifestarse en las redes sociales, porque siempre es mejor analizar qué es lo que verdaderamente pensamos de la cosas en lugar de tomar como bandera las opiniones de alguien más?