|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

En una conferencia hace unos años, el destacado escritor y editorialista saltillense Armando Fuentes Aguirre explicaba que, ante las evidentes señales de que se aproximaba una peligrosa devaluación del peso, “estábamos como aquel tipo que venía cayendo del piso número 100 de un edificio, y por ahí del 50 dijo: Pues hasta ahorita no ha pasado nada”.

En un traslado de ese cómico-trágico relato, en estos momentos casi estamos en la recta final del año, y nos parece que en cuestiones políticas podríamos estar cayendo del piso número 100 y no nos hemos dado cuenta.

Si hacemos breve repaso, veríamos que todos los partidos ya están en campaña para las elecciones de 2021 y las más fuertes de 2024. Morena, el partido más destacado ahora en el ámbito federal, hace campaña mediante la entrega directa de importantes sumas de dinero a sectores necesitados, y recluta políticos buenos o malos pero que se ofrecen para realizarle la chamba a un partido que nació ayer pero ya gobierna.

Sí voltea a usted a ver al PAN, observará que algunos ya están en maniobras muy preelectorales para perfilarse en 2024 a un cargo federal, incluyendo la Presidencia. Más modestos, otros ya declararon abiertamente sus intenciones para 2021.

El caso del PRI es especial. En unos días, el 11 de agosto, realizará su elección interna para decidir quién será su nuevo presidente nacional, de entre dos cartas peninsulares, la ex gobernadora de Yucatán Ivonne Ortega Pacheco y el gobernador con licencia de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas.

Aunque se citan estudios que indican que “Alito” Moreno tiene ventaja en la intención de voto, se teme que la jornada no sea tersa y, aún más, ya se dice que si gana el campechano la directiva del PRI en Yucatán será derribada porque su presidente, Francisco Torres Rivas, cometió el error de postularse para el cargo tras ocupar una diputación federal a nombre del PVEM, algo que, se afirma, prohíben los reglamentos priistas o las leyes federales.

Lo que sea que de aquí a fin de año pase en esos tres partidos (los demás también cuentan, desde luego, pero menos) afectará mucho la vida de todos los mexicanos, que a estas alturas del piso 50 deberíamos estarnos preguntando, por ejemplo, ¿cuál será el balance de 2019 en cuanto a creación de empleos y crecimiento del país? ¿Hay condiciones para evitar una posible estampida de capitales? ¿El año próximo será mejor, y los siguientes también para cerrar un sexenio que verdaderamente marque para bien nuestra historia?

Nosotros no tenemos las respuestas, ni una bola de cristal para ayudarnos. Pero usted puede aguzar sus oídos y su vista para recabar toda la información que pueda y tratar de sacar conclusiones.

De todas maneras la historia se escribirá, con o sin nosotros, firmada por los que gobiernan y sufrida por los que pagamos los impuestos. Así lo vemos, ¿a usted qué le parece?

Lo más leído

skeleton





skeleton