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La rebatinga de puestos y las maniobras ilegales o dudosas que generaron las recientes elecciones internas en el partido llamado Morena deben preocuparnos a todos, y más ahora que el presidente Andrés López Obrador, quien es el fundador y creador de esa heterogénea organización, declaró hace unos días que si el Movimiento de Regeneración Nacional se desvía de sus objetivos y principios iniciales, él renunciará a su militancia.

¿Que conllevaría ese eventual rompimiento, cuando ya están cerca de iniciar formalmente los preparativos hacia las elecciones intermedias de 2021?
1. Si López Obrador renuncia a Morena eso conllevaría, nos parece, que el jefe del Ejecutivo federal tenga que crear, probablemente por intermedio de alguien de su confianza, otro partido que lo apoye en sus proyectos y acciones.

2. La creación de un nuevo partido que tenga el respaldo del popular (o populista) presidente generaría problemas incluso más graves que los que causó el surgimiento de Morena. De hecho, este Movimiento todavía está lejos de completar su estructura para todo el país, y sigue ese trabajo con el factor, creemos que adverso, de tener que aceptar elementos procedentes de otros partidos, a menudo no tan honestos como se quisiera. Parafraseando al presidente en el tema de la violencia, diríamos que la corrupción no se combate con más corrupción.

3. El impacto en las estructuras partidistas se ampliaría con la creación del partido que necesitaría el jefe del Ejecutivo. Las filas del PRI, por ejemplo, sufrirían más mermas de las que ya han registrado hasta ahora, y también el PAN resentiría la migración hacia el nuevo partido, aunque menos porque a la fecha figura como la institución partidista quizás más sólida del país, aunque sin una fuerza arrolladora, sino más bien como la encarnación del refrán que dice que en tierra de ciegos el tuerto es rey.

4. Otra consecuencia grave que traería la eventual salida de AMLO de Morena sería un atraso mayor que el actual en la aplicación de los programas sociales que impulsa el tabasqueño, y que tienen claros objetivos políticos, al entregar dinero directamente a los ciudadanos, en especial a los 52 ó 54 millones de pobres del país.

5. ¿Morena sin López Obrador valdrá lo mismo? Desde luego que no, pero como mucha gente ya tiene identificado como su “proveedor” a ese movimiento, probablemente éste peleará en las urnas y fragmentará aún más las votaciones, debilitando a los ganadores de las elecciones y afectando la toma de acuerdos necesarios para dar rumbo al país.

Mucho más se puede decir desde luego de la advertencia de AMLO de dejar por su cuenta a Morena si la dirigencia no es capaz de marcar con toda claridad la diferencia que, según proclama, existe entre el Movimiento y los demás partidos que han gobernado a México. ¿Cómo lo ve usted?

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