Aunque los espacios oficiales todavía no se abren, la carrera para las elecciones del 6 de junio de 2021 ya empezó con los primeros asaltos de tanteo entre el actual Gobierno Federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador y parte de los partidos que se supone son la oposición. En este plano se puede inscribir la reciente “denuncia” que hizo el jefe del Ejecutivo para “revelar” que un grupo de políticos, empresarios, periodistas y otros actores se han aliado para formar el BOA, Bloque Opositor Amplio, cuyos objetivos principales son quitarle a Morena la mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado y, además, ambiciosos que son, sacar al político tabasqueño de la silla presidencial.

En el mundo de la política las especulaciones son un ejercicio obligado, casi tanto como la planeación de los movimientos que partidos y políticos deben hacer para lograr sus objetivos, que en general se reducen a conseguir hueso o chamba para el siguiente trienio o sexenio.

Cualquiera puede especular, incluso usted y éste su servidor, y podemos decir, por ejemplo, que por lo que se ve hasta ahora solamente el PAN se ha declarado formalmente oposición en el Congreso actual. Pero el PRI no está durmiendo la siesta, y al parecer sus jugadas van en el sentido de conseguir alianzas en diferentes niveles con Morena, para formar lo que muchos ya denominan “Primor”.

Otro punto que podríamos poner sobre la mesa es que los gobernadores van a desempeñar un papel muy importante para inclinar la balanza en las elecciones intermedias, dependiendo del éxito o fracaso que hayan tenido ante los poderosos enemigos del pueblo mexicano, como son el coronavirus, la violencia, la corrupción y, en el caso específico de Yucatán, las inundaciones que dejó la tormenta tropical Cristóbal y que afectaron a 75 de los 106 municipios de la entidad.

Hay algo más que podemos adelantar: de la disponibilidad de recursos económicos que tenga, acumule o recaude cada partido dependerá en gran parte que logre más o menos votos. Por eso en nuestro estado estamos viendo imágenes que muestran a las autoridades entregando a hombres y mujeres damnificados por las fuertes lluvias cheques de 1,500 pesos, 2,000 o un poquito más, mientras que en el caso del Gobierno Federal desde hace ya año y medio “dispersa” toda clase de becas y apoyos entre familias de escasos recursos, y nadie hasta ahora ha planteado una queja formal contra ese mecanismo que es evidentemente electorero. Un jornalero o un ama de casa a quien le vienen a entregar hasta la puerta de su hogar un cheque de 2,000 ó 3,000 pesos difícilmente votará en contra del político o partido que le hace llegar esa ayuda, que aunque a algunos les parezca escasa, para quienes viven al día representa la posibilidad de comer dos o tres semanas.

Así que el 6 de junio de 2021 dinero mataría carita o partidito. Ya veremos.