La educación por TV, una difícil tarea
El poder de la pluma
Cualquiera sabe que la educación de las nuevas generaciones es la llave para que nuestro país entre en un territorio de progreso constante y gobiernos responsables, involucrados a plenitud con el desarrollo nacional.
Sin embargo, la educación parece relegada a un segundo plano ahora que el presidente Andrés López busca armar un circo en torno al escándalo del detenido pero no encarcelado exdirector de Pemex Emilio Lozoya Austin, al parecer con la soterrada intención de que la ciudadanía se olvide de los dos temas más graves del momento, como son la pandemia del coronavirus Covid-19, y los graves problemas económicos que ha traído.
La pandemia no sólo lastra el desarrollo de la economía y causa desempleo, sino que además sienta bases para un agravamiento de diversos delitos, desde el asalto a transeúntes hasta el robo a casas habitación, pasando por rubros como el secuestro y la extorsión, y en esta situación tan grave nos encontrarán el año 2021 y sus elecciones de mitad de sexenio.
Por lo pronto, a partir de este lunes 24 de agosto arranca un inédito ciclo escolar que implicará, entre otras cosas, el esfuerzo de los gobiernos federal y estatales a fin de que niños, adolescentes y jóvenes alcancen la preparación necesaria para continuar sus estudios y lograr al final una carrera que les permita abrirse paso en la vida.
Por muy bien dispuestos que estén el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, y el presidente López Obrador, este ciclo escolar que inicia hoy desde los hogares tendrá infinidad de inconvenientes no sólo para las autoridades, sino también para los miles de profesores que serán responsables del proceso, y para los padres de familia, quienes tendrán que encontrar nuevos mecanismos no sólo para conservar su trabajo, sino también para tratar de asegurar que sus hijos reciban la educación necesaria para contar algún día con una profesión u oficio.
El hubiera no existe, lo sabemos, pero es necesario señalar que si se hubieran cumplido los planes para llevar a todo el territorio nacional el servicio de internet, otro gallo nos estaría cantando ahora.
Aun con su buena disposición, las televisoras no alcanzarán la cobertura ni los horarios suficientes para impartir todas las clases, además de que los estudiantes no tendrán la opción de consultar directamente con el profesor cualquier duda que tengan.
Para decirlo en pocas palabras, con las clases por TV, el muy importante y clave diálogo entre docente y estudiante será imposible o muy difícil, con lo que al término de cada ciclo escolar cosecharemos estudiantes deficientemente (por decir lo menos) preparados para empujar el desarrollo de México, que ha desperdiciado decenios de educación, produciendo generaciones de mexicanos mal preparados para cumplir los trabajos y proyectos que pudiesen llevar al país a su pleno desarrollo.