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Habíamos planeado tocar esta semana un punto muy importante relativo a las elecciones del 6 de junio próximo, y que es la participación de los electores sobre todos en los aspectos negativos que propician los propios ciudadanos, quienes después de varias generaciones de observar como normales las fallas, errores, trampas y amplia gama de anomalías que aderezan los comicios, parecen convencidos, crédulos ante quienes regentean los recursos públicos, de que la corrupción es la “realidad normal” del país.

Pasaremos en cambio a referirnos al tema del título principal que anteayer sábado 20 lució este periódico en su portada. El título anuncia sin ambages que la “4T”, el poderoso movimiento híbrido –alberga a tránsfugas de todos los partidos habidos y por haber– que supuestamente sacará al país de la postración o crecimiento ambiguo que ha registrado casi siempre, amenaza ahora las inversiones para producir energía limpia en Yucatán, una advertencia que contrasta con la situación que prevalecía antes de que el 1 de diciembre de 2018 desapareciera de la faz del país la corrupción, según afirmó al tomar posesión el irreductible –“tengo mis propias cifras”– tabasqueño Andrés López.

Pocos saben, y eso porque los legisladores parecen ocultarlo, que actualmente se analiza en el Congreso de la Unión una iniciativa de ley impulsada por la Presidencia de la República, que entre otras cosas quiere imponer la decisión de que la Comisión Federal de Electricidad consuma o compre primero el producto de las plantas de la propia CFE, en vez de adquirir, como la obliga la ley, la energía más barata que producen las empresas privadas, que han gastado miles de millones de pesos en instalar complejos eólicos o fotovoltaicos en nuestro estado y en todo el país.

La propuesta, totalmente ilógica en lo económico, tiene como propósito salvar –muchos creen que con ese tipo ideas nunca se logrará– las finanzas eternamente negativas de la CFE.

El intento de desvirtuar una ley que debería ser clave para que México pellizque cuando menos el crecimiento constante y sólido, afecta a todo el país, incluyendo desde luego a Yucatán, donde el presidente local del Consejo Coordinador Empresarial, Alberto Abraham Xacur, ha advertido del peligro que representa ese potencial cambio.

El líder empresarial advirtió que las modificaciones que se proponen para la LIE pueden provocar que los otros 19 proyectos planteados para Yucatán ya no se instalen, con lo que aumentaría de manera considerable el costo de producción de energía, lo que a su vez repercutiría en el recibo de luz o en mayores subsidios a la electricidad, ¿Y sabe de dónde vendría el dinero para pagar ese aumento de subsidios a la electricidad? De dónde más, de los impuestos que, queramos o no, pagamos todos los mexicanos desde que Santo Dios amanece hasta que nos vamos a dormir.

¿Cómo lo ve usted?

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