Nuestros padres y abuelos nos legaron un consejo que vale oro: “No hagas cosas buenas que parezcan malas”, para que ningún hijo de vecino te pueda reclamar nada. La frase resurge ahora que vemos los trabajos de remodelación que se han hecho en nuestra avenida “más emblemática”, como lo es desde hace muchos años el Paseo de Montejo y su Prolongación.

Muchos ciudadanos consideran que la capital de Yucatán y prácticamente de la Península tiene obras pendientes más importantes, y de aquí deviene una preocupación ciudadana más importante: en los tres niveles de gobierno, yendo de arriba hacia abajo, se están tomando decisiones sin un mínimo de respeto a la voluntad de los supuestos beneficiados, de los ciudadanos, y así, en el caso del angosto tramo consagrado a los que prefieren pedalear, los trabajos arrancaron sin consulta previa alguna –a constructores, ciclistas, la gente que tiene casa frente a la cual pasan esas ciclovías, etcétera–, y sin que los gobiernos estatal y municipal dieran sus opiniones acerca de lo que se iba a hacer, y ya se hizo.

Pero “como es arriba es abajo”, y mientras digeríamos la realización de una obra estatal (son varias las “bicivías” nuevas en diversos rumbos de la ciudad) para la cual no se tuvo la decencia de informar previamente a los paganos (los que pagan, que somos los contribuyentes, desde luego), en el nivel federal el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), don Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, anunció el jueves 15 de este mes que el Poder Judicial ve con buenos ojos casi todos los cambios hechos por el Congreso de la Unión a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, y a la ley de Carrera Judicial de ese mismo poder. Los cambios, por cierto, agregan dos años al mandato que ahora desempeña el juez Zaldívar Lelo.

Eso sí, quizás con el fin de que tales cambios no pareciesen impuestos por el Ejecutivo federal, la SCJN afirmó en un escrito que las reformas “fueron elaboradas al interior del Poder Judicial de la Federación y su contenido es público desde febrero de 2020”. Además, las iniciativas que envió el Ejecutivo “fueron modificadas y enriquecidas a través del diálogo con la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial”. ¿Será..?

Porque en general, ciudadanos y medios de comunicación nada o poco sabíamos y sabemos de los cambios que traería la tal reforma al Poder Judicial, que parecería hecha al modo y estilo de “ya-sabe-usted-quien”.

¿De verdad estamos a salvo de convertirnos en siervos de un gobernante o de un sistema dictatoriales? A veces nos parece que no, que la separación de poderes puede ser nulificada en nuestra propia cara. Agregue el órgano de control total que representaría la recopilación de todos los datos de vida y personalidad que se busca aplicar a los dueños de celulares y... ¡Recáspita!