Cuando estas líneas escritas antes del fin de semana salgan a la luz, la mayoría de las cifras relativas al proceso electoral del domingo 6 más reciente ya se conocerán, y quedaría ya claro que en la Cámara de Diputados federal el partido en el gobierno, Morena, vería reducido a unos 200 el número de legisladores con que contaría en esa instancia; el PAN tendría unos 106, el PRI unos 63 y el Verde alrededor de 40.

Algunos rivales de Morena celebran que esta especie de partido haya perdido la mayoría absoluta, y se tendrá que conformar con la mayoría simple para perseguir sus objetivos en la Cámara Baja. Pero en realidad lo de la mayoría absoluta depende de la capacidad de negociación de los líderes de las bancadas, que bien coordinadas pueden imponer su voluntad formando una mayoría momentánea pero eficaz. O sea que, en el trabajo legislativo, a la hora de imponer agenda valen más las negociaciones y componendas que los números absolutos de diputados o senadores.

Concluida la jornada de votaciones, los representantes de prácticamente todos los partidos coincidieron en abocarse al festejo de sus avances, aunque nadie superó al presidente Andrés López, quien ese mismo día y en los siguientes lanzó declaraciones triunfalistas al estilo de “ya no se habla de fraudes”, aludiendo al parecer a que la jornada fue tranquila en lo general, lo cual es cierto.

“Y lo más destacado fue la participación de la gente, (fue que) se respetó el voto de los ciudadanos”, añadió el tabasqueño en la rueda de prensa que ofreció el mismo domingo en Palacio Nacional.

En su ya conocido estilo de hablar con medias verdades o lanzar señalamientos que incluyen mentiras pronunciadas una y otra vez para convertirlas en verdad, el Presidente dijo que estaba contento de que en Guerrero también se haya votado en calma, a pesar de las reiteradas protestas feministas contra Félix Salgado Macedonio, a quien tumbaron de la candidatura con el argumento de que era culpable de haber violado a una mujer. Salgado cedió su lugar a una hija suya, quien ganó la contienda sin mayor dificultad. ¿Qué va a pasar en el estado? Pronto lo veremos.

Otras situaciones de entre cientos de las que se habla tras los comicios, es que Morena logró llevarse al menos 11 gubernaturas –o sea, la mayoría de las que estaban en juego–, pero en cambio perdió la mitad del territorio que manejaba en lo que antes se denominaba Distrito Federal o Ciudad de México, y que ahora se llama CdMx.

Muchas más situaciones se podrían exponer si hubiera espacio, pero vayamos con calma. La votación del día 6 deja muchas enseñanzas con miras a las elecciones de 2024. Eso sí el señor López Obrador no decide legalizar –ideas para hacerlo no le faltarán– una ampliación de dos años a su mandato, como ya dijo abiertamente que quiere hacerlo. ¿Sería bueno, sería malo? ¿Usted qué opina?