Será cuestión de anticorrupción y dinero

Gínder Peraza Kumán: Será cuestión de anticorrupción y dinero

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Para muchos, el significado de la frase “Cuarta Transformación” es un misterio, una cuestión de fe, algo que tendría que servir para generar un sentimiento que alivie decenios de frustraciones que surgen a partir de la corrupción de las autoridades (prácticamente no hay una de cualquier nivel que se salve), o simplemente, para no enredarse, la 4T representa recibir tres mil pesos al mes para comprar algunas cosas que son necesarias para la familia, o sólo para el jefe o jefa del clan y sus vicios.

Por eso, el lenguaje con que algunos seguidores del profeta de esa cuasi-religión tratan de explicar qué quiere hacer la 4T no suena rancio, sino lo que sigue, con el uso de palabras como proletariado, imperialismo, adoctrinamiento y otras de similar laya, que prácticamente carecen de valor ante otras más contundentes como manipulación, ofrecimientos oportunistas, “apoyos” económicos, servicios como nunca se han dado, y la madre de todas las palabras y frases que se usan ahora en el “modo cumbre” de gobernar: corrupción, el vocablo mágico que hace surgir indignaciones, sed de venganza e inclusive violencia social.

Por eso creemos que de los enfoques con que se decida “diseñar” la presunta lucha contra la corrupción dependerá lo que cada partido logre en las elecciones de 2024. Los demás asuntos podrían quedar en el rubro de anecdóticos o colaterales, como de hecho se están quedando (sangrientas luchas de cárteles de drogas, que usan armas más poderosas que las del Ejército de EE.UU.; fosas clandestinas por todos lados, asesinatos impunes que incluyen a funcionarios y periodistas, criminal desabasto de medicamentos, miseria en el sistema de educación, apuros y carencias en servicios de salud, etcétera.).

El rumbo que desde ahora empiecen a tomar –porque ya lo están haciendo, no seamos ingenuos– las estrategias políticas hacia las siguientes elecciones también dependerá en gran manera de la disponibilidad de dinero contante y sonante. Es temprano, pero ya se puede afirmar que los órganos recolectores del sistema pasarán sobre quien tengan que pasar para proveer a sus patrones de los fondos que éstos requieren para cumplir sus promesas y compromisos. ¿O podría usted decirle a un campesino o una humilde colona meridana que ya no podrá contar con aquellos $3,000?

Falta mucho, pero de una vez podemos afirmar que tomará la delantera en la carrera presidencial quien convenza a la ciudadanía de que es el verdadero abanderado de la lucha contra la corrupción (con el muy grave nivel de violencia en segundo lugar), y el único que puede garantizarles a los electores una “gastada” o mesada de poco más de $3,000 al mes.

¿Valores, ética, ideología, proyecto de país, formación de ciudadanos de calidad y cosas similares? Ésas son tonterías que no reditúan nada, por lo menos no en la realidad que estamos viviendo ahora mismo...

Lo más leído

skeleton





skeleton