Una llave para abaratar la energía eléctrica
Gínder Peraza Kumán: Una llave para abaratar la energía eléctrica
Como lo prometimos, en la columna de hoy daremos algunos detalles sobre la forma en que se compra y vende la electricidad en Estados Unidos. A diferencia de México, donde uno sólo puede desarrollar un proyecto de generación de energía si acepta tener como único comprador a la Comisión Federal de Electricidad, en Texas hay hogares con sistemas inteligentes conectados al servicio de, por citar un ejemplo, cinco compañías que venden ese producto, indispensable para el hogar y las actividades empresariales.
En México no sólo se impone la limitación de que la única compañía que puede vender y/o comprar la electricidad que produzca alguna empresa privada es la CFE, sino que es común que los reglamentos no se apliquen y entonces se presente una situación similar a una pelea de lucha libre en la que suben al ring peleadores de todos los tamaños, colores y sabores, con las consiguientes desventajas para los más pequeños o débiles.
En el vecino país se cuida de manera especial a las compañías que producen energías limpias o renovables, por encima de las más contaminantes, que trabajan con base en combustóleo u otras materias primas fósiles. Y en Texas, como seguramente en otros estados de EE.UU., las productoras regalan horas de energía cuando tienen sobreproducción, o quieren atraer más clientes. En México eso es imposible.
Como le dijimos en nuestro artículo editorial de la semana pasada, la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) aprobó hace unos días una serie de modificaciones que hizo la Comisión Reguladora de Energía, y que incluyen nuevas reglas y trabas que dificultarían, o de plano impedirían, que las empresas de cualquier ramo puedan comprar la electricidad que necesitan a cualquiera que la produzca, o si quieren, producirla ellas mismas.
Los cambios forman un escenario diametralmente opuesto al que prometía el presidente Andrés López en su Proyecto de nación para 2018-2024, en el cual afirmó que se incentivaría la eficiencia energética y la cogeneración de energía en todos los sectores industriales.
Fuentes del sector privado consultadas acerca de los efectos de ese viraje dijeron que mientras numerosos inversionistas internacionales, que ven muchas inconsistencias entre lo que dice y hace el gobierno mexicano, se han llevado sus capitales a otros países, los capitalistas nacionales están “aguantando vara” para ver si en el cambio de sexenio las leyes sobre producción y mercadeo de energía siguen igual, o se abren al menos un poco para permitir el desarrollo de proyectos productivos.
Por lo pronto, en esas mismas fuentes se habla de que la CFE ya empezó a contratar al personal para su nueva División de Paneles Solares, que irrumpirá en el mercado nacional para dominarlo, con la ayuda del Legislativo, que diseñaría nuevos impuestos para gravar en el sector privado la compraventa de esos aparatos. No, si le digo que no dejan nada…