La gran diferencia entre países chicos y grandes
Gínder Peraza Kumán: La gran diferencia entre países chicos y grandes
Conozco a un joven profesional que, ahora casado y con hijos, lleva una vida tranquila y próspera, según lo que uno puede ver. Desde muy chico se quedó sin madre, afectada por una enfermedad de tipo mental, mientras que su padre, un hombre muy trabajador, falleció alrededor de los 50 años de edad, víctima de un mal que lo hizo sufrir mucho. Para algunos observadores la lógica indicaba que ese niño iba a ser una persona débil y mediocre, pero fíjese usted que no, que el pequeño al parecer llevaba en su mente la firme decisión de “ser alguien en la vida”, e incluso de superarse para ayudar a otras personas.
Recordamos ese caso (de superarse a pesar de los obstáculos) tras leer un comunicado de prensa que dio a conocer este viernes 28 el prestigioso Hospital Metodista de Houston, que pasa revista a los extraordinarios avances en la atención de pacientes que la institución consiguió acicateada por los grandes problemas que trajo la pandemia del Covid-19.
Mientras que países subdesarrollados o incipientemente desarrollados, como México y muchos otros, siguen pasando apuros para aplicar paliativos en todos los sectores que afectó la pandemia –hay daños en la salud, la educación, el empleo y muchos giros más–, otros que se aplican a desarrollar ciencia y tecnología con ahínco aunque no haya una emergencia presente (pero eventualmente la habrá) han logrado en poco más de dos años avances realmente envidiables.
En su comunicado (que puede usted revisar completo en nuestro sitio en formación, https:// ginderperazak.com/2022/01/28/la-tecnologiapoderosa-arma-contra-la-pandemia/ en la pestaña de noticias y opiniones), el Hospital Metodista empieza afirmando que “La transformación de la industria de la salud y la revolución tecnológica de hospitales han llegado al mundo Post-Covid”, y que “Con la apertura de un Centro Tecnológico, el futuro en la innovación médica ya es una realidad en este nosocomio de Texas, que ya cuenta con salas de salud digitales, equipos controlados por voz y aplicaciones de relojes inteligentes…”.
Otro portavoz del nosocomio, Josh Sol, director administrativo de Houston Methodist Innovation and Ambulatory Clinical Systems, comentó que “la innovación no siempre se trata de la tecnología más moderna, sino más bien de cómo usarla mejor. De lo que hablamos mucho es del arte de lo posible. ¿Qué podemos aprovechar? ¿Qué podemos mejorar hoy o mañana, y no dentro de una década?”.
No podemos reproducir aquí todo el comunicado, pero sí es necesario subrayar que una de las grandes diferencias entre los países “chicos” y “grandes”, avanzados y rezagados, está en la forma en que cumplen su trabajo, definen objetivos y los logran, aplicándose con firmeza, dejando atrás a los haraganes y perezosos. Nunca más deberíamos permitir que alguien se ría con el chiste aquél de que Dios le dio todas las riquezas naturales a México, pero compensó esa acción llenando el país de mexicanos.