¿Cómo le haremos con el dinero?
El poder de la pluma
El Libro de la Filosofía afirma que todos los seres humanos filosofamos, aunque no nos demos cuenta, sobre todo cuando pensamos en nuestros problemas. Será entonces que amanecí filósofo porque, por unos comentarios de especialistas que escuché en televisión, me quedé pensando en cómo armarán los legisladores federales, en los últimos meses de este año, el paquete económico para 2021, es decir, las vías para obtener ingresos y las propuestas para gastarlos, viendo siempre por el bien de todo el país.
Desde las gradas me adelantó a afirmar que los planes de ingresos y egresos que manejará el gobierno de don Andrés López el año próximo serían algo nunca antes visto, para empezar porque las necesidades rebasarán para entonces por muchísimo el monto de recursos que se logrará recaudar para atender los requerimientos del país.
Gran parte de los ingresos que se consigan servirá desde luego para mantener los programas, que serían unos 13, de asistencia social que desde el principio de su mandato impulsa el jefe del Ejecutivo. Ese rubro se llevará buena parte de los recursos que reúnan los recaudadores, cuya responsabilidad será de tal magnitud o gravedad que posiblemente invadan la vida privada o los hábitos particulares de los contribuyentes, todo con tal de entregar los fondos que urgirán para la recuperación económica del país.
El principal problema que afrontarán nuestros policías fiscales es que un gran porcentaje de los mexicanos ya no tiene, o dentro de poco no tendrá, ni en qué caerse muerto (cruz, cruz...), debido a los estragos que ha causado la pandemia del coronavirus Covid-19.
Enajenados como estamos ante el bombardeo las 24 horas del día de notas sobre los impactos que cada día deja el citado coronavirus, poca atención le hemos dado a una gama de informaciones y hechos muy negativos para el país, como el desplome del precio del petróleo, la creciente violencia que deja un reguero de muertos por casi todos los estados, o las pérdidas de cultivos en más de 70 municipios de Yucatán, donde la gente vive sumergida en agua podrida y la lentitud de la asistencia que les han prometido, y que lo más seguro es que no termine de llegar, porque buena voluntad de ayudar sí la tiene el Ejecutivo estatal, pero lo que no tiene son recursos suficientes para atender todos los daños que dejó la tormenta tropical Cristóbal, y los cuantiosos perjuicios económicos, sobre todo por la vía del desempleo, que nos está encajando la citada pandemia.
Si se cumple el pronóstico de los especialistas de que este año el Producto Interno Bruto de México tendrá un decrecimiento de más de 10%, gobierno y sociedad tendremos que remar contra la corriente y hacer un gran esfuerzo de comprensión y unidad para conjurar, apenas asomen la cabeza, las manifestaciones sociales que podría generar el negativo panorama económico de Yucatán, y de México en general.