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Hace unos días, el alcalde Renán Barrera dijo en un foro de jóvenes que su administración se prepara para impulsar mejoras al transporte público. Propone nuevas rutas, nuevos paraderos y una tarifa menor que las de los concesionarios tradicionales. También hay, de nuevo, presión de los transportistas para subir los precios a nueve y cuatro pesos.

No puede olvidar el autor las campañas de 2012, 2015 y 2018 para la alcaldía de Mérida. Barrera Concha, Vila Dosal y Barrera Concha de nuevo compitieron, respectivamente, para ocupar la dirección de la capital yucateca. Las tres campañas tenían en común, entre otras cosas, promesas firmes y concretas de mejorar el transporte público para los meridanos. Barrera se ha pronunciado dos veces por pedir al Congreso la rectoría del transporte para el municipio y Vila declaró en el mismo tenor, afirmando que las grandes ciudades deben marcar sus propias directrices en la materia. Siete años después de que la fórmula Barrera-Vila propusiera por primera vez las mejoras a las unidades, modos de pago y rutas, el sistema de transporte en la capital está posiblemente en su peor momento, tanto que ni los circuitos metropolitanos o situres han podido amortiguar el desastre.

¿Qué ha impedido entonces que, tras siete años de administraciones municipales y poco más de un año en el Ejecutivo estatal, no se haya encontrado una solución satisfactoria a un problema que afecta a decenas de miles de yucatecos? En esta misma columna hemos abordado dos veces la cuestión de la movilidad urbana y este servicio. El problema no es jurídico, pues hasta ahora no hay una reforma apadrinada por el Ejecutivo que no haya sido aprobada de manera holgada; el ejemplo de Yucatán Seguro nos confirma que una iniciativa que dé al municipio de Mérida la rectoría del transporte sería fácilmente alcanzable por el Congreso que tiene al partido en el poder (PAN) como segunda fuerza.

Tampoco es un tema económico o logístico, pues todas las administraciones municipales mencionadas –incluyendo la actual- han presentado proyectos y planes (Vila presentó en su campaña de 2015 el Plan de Transporte Inteligente de Mérida, hasta con camiones de dos pisos; Barrera Concha iba a meter Wi-fi y contactos para cargar celulares en paraderos) y para ello se tenían, si eran reales, recursos contemplados, nuevo trazo de rutas elaboradas por expertos y hasta empresas que se apuntaron para relevar a los actuales concesionarios que no quisieran “meterle” a las mejoras.

¿Qué falta entonces? ¿Se irá Renán Barrera por la libre o reformarán la ley para que por fin el municipio se encargue de este fundamental servicio, como debe ser? ¿La impulsarán los diputados del PAN? ¿Mauricio Vila se impondrá a quienes presionen políticamente o pesará más el valor político de quienes se oponen a estas medidas? Sea cual sea la respuesta a estas interrogantes, por el bien de la ciudadanía, ojalá ahora sí el cambio profundo que necesitamos –no simples mejoras- vaya en serio. El resultado aquí se reconocerá o señalará.

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