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¿Es posible construir el Tren Maya a través del subsuelo de Mérida? Sin ninguna duda. Es correcta la afirmación de los portavoces del gobierno federal, quienes afirman que para la ingeniería prácticamente no hay imposibles y ciertamente no es imposible cavar un túnel, incluso en la laja yucateca. ¿Es conveniente? Muy seguramente, no.

La propuesta de la 4T es que el Tren Maya ingrese a Mérida por la carretera a Cancún y desde ahí haga un recorrido de 4 kilómetros a 6.5 metros por debajo de las calles de la capital, para llegar finalmente a los terrenos de “La Plancha”, lugar donde se pretende construir una gran estación para el proyecto más importante de esta administración federal. El problema entonces no es lograr que un tren viaje por las entrañas de Mérida, sino las implicaciones sociales y urbanas que traería consigo colocar una estación de tren en el centro de nuestra ciudad. Recordemos que, si bien “La Plancha” funcionó como estación de ferrocarril durante el siglo pasado, la realidad de la capital era diametralmente opuesta a la de ahora.

Hoy día el centro histórico es reflejo de una pésima planeación urbana y la incompetencia de las autoridades municipales para promover y garantizar un crecimiento ordenado de Mérida: las calles se han vuelto obsoletas por lo absurdamente angostas que son para el actual parque vehicular -algunas no tienen ni banquetas- y el desordenado transporte público que sigue innecesaria y perjudicialmente teniendo base en el centro solo aumenta los problemas de congestionamiento y tránsito tanto de vehículos como de peatones. Tampoco podemos dejar de lado que gracias a las políticas municipales y a algunos lineamientos sobre el uso de propiedades dentro del centro histórico se ha incentivado la salida de familias yucatecas de esos espacios, impulsando una violenta transición de un centro habitacional a uno comercial. Ahora bien, tomando en consideración que el plan del gobierno federal es desarrollar la actividad comercial y turística alrededor de las estaciones del Tren Maya -comercios, hoteles, restaurantes, estacionamientos, servicios bancarios y de negocios- y que las políticas de desarrollo urbano locales no parecen tener un futuro promisorio o de cambio de paradigma, ¿podemos imaginarnos que a una zona con una problemática importante como la ya mencionada se le agreguen de pronto todos los elementos que acompañarán al proyecto Tren Maya? ¿Qué sucederá urbanística y socialmente con el centro histórico? Todo lo anterior, por supuesto, sin contar con que se desecharía de un plumazo el proyecto de un gran parque ecológico en los terrenos de “La Plancha” y en el que vecinos de la zona han trabajado durante años sin contar con el respaldo suficiente de las autoridades, a pesar de que podría significar un pulmón verde para el entorno y un punto importante que fomente la cohesión e integración social.

¿Por qué a fuerza “La Plancha”? ¿Por qué no en el sur y que ahí se detone la actividad comercial y turística? ¿Por qué no beneficiar una zona a la que normalmente no se beneficia con las grandes inversiones?

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