¿Cómo funcionan las vacunas?
Héctor López Ceballos: ¿Cómo funcionan las vacunas?
La semana pasada comentamos en este espacio la importancia de la vacunación contra la Covid-19. Parece sorprendente, pero a dos años de pandemia y más de un año después de la creación de las primeras vacunas, muchas personas aún tienen miedo o no confían en las sustancias que suministran en los módulos permanentes instalados en el estado, y por consiguiente, no han asistido a recibir la vacuna que les corresponde.
Primero hay que aclarar una cosa: cualquier vacuna es buena y funciona. A lo largo de muchos meses hemos escuchado inagotables debates sobre la eficacia de tal o cuál biológico. Que si la china no sirve, que si Pfizer es la mejor, que si producen alteraciones en los órganos y hay hasta quien jura -sin un gramo de evidencia- que las vacunas son un método de control poblacional y que “muchos expertos” (¿Quién? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Experto en qué?) dicen que vacunarse puede traer más cuestiones negativas que positivas. Falso. Claro que las vacunas pueden causar efectos secundarios (dolor de cabeza, cuerpo cortado, febrícula), pero en la inmensa mayoría de los casos son leves y no son más que la respuesta de nuestro sistema inmunológico a una sustancia externa. Sólo en casos extremadamente raros se produce algún evento grave asociado a la vacunación, pero ni de cerca comparado con lo grave que sería la expresión más fuerte e intensa de la enfermedad ocasionada por el SARS-CoV-2.
Hay que entender que las vacunas existentes funcionan principalmente de dos formas: unas, como la CanSino, la AstraZeneca y la Janssen, se elaboran a partir de virus existentes, pero “desactivados” y que no pueden hacernos daño. A estos virus se les modifica y se les agrega una u otra parte del virus SARS-CoV-2, a fin de que al entrar en nuestro cuerpo, nuestro sistema inmunológico aprenda a identificar estas partes y pueda prepararse para combatir una eventual infección por covid-19 real. Insistimos: ninguna de estas vacunas puede enfermarle, pues se trata de virus totalmente inactivos y que no representan amenaza alguna. Otras vacunas como Pfizer y Moderna, funcionan a partir de la tecnología de ARNm, que lo que hace es “enseñar” a las células a fabricar estos anticuerpos, a fin de prepararse para enfrentar una posible infección.
Los dos tipos de vacunas son efectivas y ayudan a prevenir las hospitalizaciones y las muertes por Covid-19. Esto no significa que las personas no puedan contraer el virus (sobre todo las variantes altamente contagiosas como la Ómicron), sino que en la gran mayoría de los casos presentarán síntomas leves o moderados y no requerirán hospitalización.
Está demostrado que, a diferencia de lo que se creía al inicio de la pandemia, la Covid-19 puede afectar a personas de cualquier edad, por lo que es importante que todos y cada uno de nosotros esté vacunado. En ese sentido, es interesante cómo en otros países ya se está vacunando a menores de entre 5 y 11 años incluso desde el año pasado. EUA, Costa Rica, Chile y los países que conforman la Unión Europea aplican la vacuna de Pfizer aprobada para la población infantil, quienes por no estar contemplados en los primeros planes de vacunación son ahora la población vulnerable. Casa vez son más los niños que requieren hospitalización a raíz de Ómicron, lo que deja en evidencia la necesidad de vacunarlos también.