Cuando Evo Morales se volvió artista de cine: “Cocalero”
El poder de la pluma
Las épocas en que los documentales eran la fina expresión del aburrimiento parece que marcaron una tendencia en el público cinéfilo, que en las salas comerciales evita este género sin pensar en las joyas del séptimo arte que se está perdiendo. Justamente la recomendación de hoy es un documentalito de 2007 llamado “Cocalero”, el cual nos ofrece la visión de un extranjero sobre la llegada a la presidencia de Bolivia de Evo Morales.
A simple vista y tomando en consideración los elementos que maneja, parecería una típica narración de políticos a quienes se les dedica un video promocional; sin embargo, el director Alejandro Landes -que por cierto es brasileño- nos ofrece una sólida aunque enigmática imagen de un gobernante atípico desde antes de asumir el poder, la cual se transformó con la incursión derechista en su país, años después.
En “Cocalero”, observamos el recorrido que Evo Morales realizó por todo su país para quedarse en los corazones de los votantes, con un discurso antiimperialista que en cada comentario a la cámara o a la gente que lo rodea tiene implícito y que lo ha convertido en una figura destacada en todo el mundo, pero que también le acarreó problemas con sus detractores.
En el filme, también intervienen personajes de su gobierno como Alex Contreras, Javier Escalas, Alvaro García Lineras o Leonilda Zurita, quienes con sus comentarios refuerzan la idea popular, que no populachera, de Evo, al frente de un país con la marginación social que vive Bolivia.
Esta coproducción de Argentina-Bolivia tiene, además de todo esto, un plus desde la perspectiva técnica, el cual nos deja ver que la formalidad no está peleada con la estética, pues el director de Fotografía, Jorge Manrique Behrens, retrata una ciudad plagada de pobreza con tal sentido que hasta esas imágenes son disfrutables.
Una cinta sumamente recomendable para todo público que se puede encontrar en la red para su deleite, le aseguro que no lo defraudará, pues no se aburrirá ni un minuto de los 86 que dura, debido a que el ritmo de la edición es tan dinámico que resulta muy agradable para el espectador de prácticamente todas las edades.
Un documento visual que, a 14 años de haber llegado a las carteleras, sirve como un legado de la historia de uno de los pocos países latinoamericanos que se rebelaron contra el domino comercial estadounidense.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias, escríbame al correo electrónico [email protected] o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.