Cambios
El poder de la pluma
¿Qué es lo primero que harás cuando todo esto termine?- Jojo Rabbit
Durante mucho tiempo tuve la sensación de que nada pasaba con mi vida, como si todo se hubiese puesto en pausa, excepto el tiempo. Corrían los días, los meses y lo único que iba en ascenso era el cansancio que te ocasiona la calma, la paz que termina por convertirse en absurda monotonía.
En algún punto, lo anterior podría parecer malo, agobiante. La verdad es que no lo era. En una época en la que todo lo nuevo ya tiene marcas de vejez desde el momento en el que nace, la estabilidad y la pausa suelen convertirse en tesoros ocultos. Riquezas a las que solamente puedes acceder si has superado el miedo y el odio que suelen ser las primeras reacciones provocadas por la monotonía.
Sin embargo, en poco tiempo todo esto terminó por romper, como en los océanos, donde la marea se eleva por la noche, y lo que antes era calma ataca con la fuerza de un animal, las aguas cálidas se vuelven bestias que dominan la tierra.
Así, con esa fuerza, fue como cambiaron las cosas en nuestras vidas. A veces nos cuesta aceptarlo.
Creemos que todo sigue igual porque nuestros vecinos siguen siendo los mismos y porque comemos a la misma hora y vemos los mismos programas en la tele. Dudo mucho que sea así, pues el mundo se ha transformado infinidades, el problema es que aún no nos atrevemos a conocerlo.
He escuchado a mucha gente prometer que cuando la pandemia termine tendrán una vida completamente distinta a la de antes. Comerán más saludable, abrazarán más, serán mejores personas... Incluso existe una idea colectiva sobre que esto representa un parteaguas para el mundo.
Un punto a partir del cual las sociedades comiencen a tomar actitudes más conscientes y justas. En donde las preocupaciones sean menos materiales y más espirituales. Si me preguntaran a mí, diría que eso es sólo una utopía: el mundo no cambiará a ese grado porque en una gran mayoría seguirán siendo los mismos, porque el hombre pocas veces es capaz de transformarse a favor de los otros y porque los privilegios de unos no serán utilizados a favor de otros.
A pesar de eso, me parece que existe gente con legítimas ganas de hacer las cosas mejor. Corazones que a partir de esto tendrán la capacidad de reflexionar con mayor empatía sobre las problemáticas de nuestros entornos, y que aunque los demás no cambien, ellos sí están decididos a hacerlo. La verdad es que tengo muchas ganas de salir a la calle y descubrir cómo son las cosas ahora, tengo ganas de observar este nuevo mundo.