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La palabra prejuicio significa antes del juicio. Es decir, opinión preconcebida, hacer conjeturas generalmente negativas, sobre una persona, objeto o idea sin elementos suficientes.

Nuestra actual sociedad mexicana parece polarizada por los intereses políticos en juego. Muchos que participan en esa disputa lo hacen por un tema económico, el ejercicio presupuestal. Dice Octavio Paz en El laberinto de la soledad, que: “La nación mexicana es el proyecto de una minoría que impone su esquema al resto de la población, en contra de otra minoría activamente tradicional”. Marx tenía razón, efectivamente una constante en la identificación diáfana de la historia es la lucha de clases.

El tiempo que llevamos del actual gobierno federal hemos escuchado reiteradamente sentencias de “se acerca el comunismo a México”, o que “vamos hacia la dictadura socialista”, etc., empero ¿cuáles son los elementos reales para pronunciar semejantes sentencias?

Primero que nada, ¡basta ya de pensar que hablar de Marx te hace marxista!, es como pensar que si lees la biblia eres un católico extremo, de los que escuchan misa a diario. Son los prejuicios.

Segundo, si existe un autor denostado y vapuleado en nuestro tiempo ese es Karl Marx. Pareciera que es práctica socorrida de filosofía política acabar con él. Paradójicamente, no existe autor que haya influido más en la historia del pensamiento filosófico-político que Marx. En nombre del marxismo se han cometido cualquier cantidad de tropelías, más aún, se ha asesinado a miles de personas en el mundo. En ningún libro marxista aparece esa descabellada idea.

El socialismo es la etapa transitoria hacia un estado de lo que Marx refiere como comunismo, es decir, un desarrollo social-comunitario de tal forma que el derecho y el propio Estado desaparecerían, por ser instrumentos de mando y opresión. Para Marx, los factores de la producción deben estar en manos del Estado. Define que los gobernantes no son más que personas que protegen los intereses de los capitalistas, por tanto, los derechos humanos son derechos del burgués frente a un Estado que controla él mismo.

Tercero, en términos precisos, en nombre del marxismo muchos Estados han diseñado regímenes totalitarios. ¿Qué comunismo se instauró en la Cuba de Castro? En la sierra maestra él anuncia que su movimiento era nacionalista no comunista. Se hizo supuestamente “comunista” cuando EE.UU. lo rechazo y Nikita Jrushchov lo acogió. “El Che” Guevara nunca llegó a un acuerdo con Fidel para decidir el tipo de comunismo que se iba a implementar en la isla. Los modelos eran el chino y el ruso. Cada sistema ha interpretado al comunismo a su real saber y entender. En la actualidad, ¿cuantos países del orbe no desearían tener la economía del gigante “comunista” chino?

Hace poco más de 2020 años, multiplicar panes y peces fue un acto comunitario loable. ¿Qué no?

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