Gobiernos de amigos, parientes y compadres. Meritocracia
José Luis Ripoll Gómez: Gobiernos de amigos, parientes y compadres. Meritocracia
Vale más oír represiones de sabios que alabanzas de necios. La Biblia
Hemos sostenido que la democracia es un sistema inacabado de conflictos permanentes. Toda democracia tiene sus asegunes. Debemos construirla día a día. Una sociedad se vuelve incontrolable en tanto más aumentan las demandas sociales, pero no aumenta paralelamente la capacidad de sus autoridades para satisfacerlas, dicho en otras palabras, los gobernantes se quedan cortos, no tienen capacidad de enfrentar y resolver los problemas comunes. Cuando esto ocurre las sociedades colapsan y los gobiernos se constituyen como fallidos. Un gobierno que falla, no sabe cómo responder a los problemas comunes. Es inoperante. Por lo tanto, debe irse cuanto antes, para dar paso a otro que responda.
Debemos tener cuidado de no reducir nuestra vida democrática a la pura y simple imposición de la voluntad de la mayoría. Lo más sustancial del juego democrático es la institucionalización del enfrentamiento público equitativo y equilibrado. Una vez logrado, entonces se podrán confirmar o rectificar ideas. ¿Cómo se integran los gobiernos en México? En nuestro país y, en muchas naciones latinas, los gobiernos se suelen constituir por grupos de intereses. Bajo “la lógica” que se trabaja mejor entre amigos, parientes (nepotismo) y compadres, que entre gente que no lo es. Se hacen grupos de personas confidentes, se protegen las espaldas, se guardan complicidades, errores, vicios y defectos. Nadie se sale del “huacal”. Todos son cómplices de “grandes o pequeños errores”. Se alaba condicionalmente al jefe, se lambisconea al superior. Se reparten “flores” por doquier, los yucatecos lo llamamos con el simple verbo “cultivar”, en otras latitudes son “cebollazos”. Se arman grupos de trabajo entre parientes, amigos, “socios”, compadres y camaradas, grupos depropósitos comunes.
El gobernante en turno se suele rodear de gente incondicional. Individuos que constantemente lo alabe, le diga sí a todo, le sostenga que él es el mejor de todos, que confirme las sospechas de él mismo sobre él. Como diría Octavio Paz en El Laberinto: “El servilismo ante los poderosos -especialmente entre la casta de los políticos, esto es los profesionales de los negocios públicos- es una de las deplorables consecuencias de esta situación”. Los gobiernos suelen ser minorías, élites del poder, que representan a mayorías generalmente “anestesiadas”, entretenidas en su día a día, intentando satisfacer las necesidades básicas para sobrevivir.
¿Deberían integrarse los gobiernos por individuos en términos de méritos? Dice el Diccionario de la Lengua Española que meritocracia es el sistema de gobierno en que los puestos de responsabilidad se adjudican en función de los méritos personales. Entendemos por meritocracia un sistema gubernamental que basa su asignación de posiciones de mando, por valoración y ponderación de méritos o esfuerzos personales. Parafraseando a Carlos Marx, la teleología de la meritocracia es: “Dar a cada quién según sus méritos, dar a cada quien según sus responsabilidades”. La meritocracia propone crear grupos de funcionarios responsables, capaces y eficaces que respondan a las necesidades sociales, no gobiernos de parientes, amigos y compadres.