¿Estás de acuerdo o no?

José Luis Ripoll Gómez: ¿Estás de acuerdo o no?

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No era necesario tener la condición de sabio para predecir que el resultado de la consulta ciudadana sería un fracaso. La pregunta reformulada por la Suprema Corte fue una aberración jurídica desde su discusión y aprobación. La impartición de justicia no se consulta. 

Si algún funcionario público en el ejercicio de su encargo comete conductas delictivas relacionadas con su comisión lo único posible es aplicarle simplemente la ley. Habría solo que analizar si esos delitos ya prescribieron o son de los considerados de “lesa humanidad.” La ambigüedad de la pregunta daba para “N” número de posibilidades interpretativas. Lo que las leyes tratan evitar son términos ambiguos, laxos o ambivalentes. 

¿Hay responsables de este fracaso? La iniciativa fue originalmente del Poder Ejecutivo federal, en forma precisa estableció la pregunta directa haciendo referencia en particular a los ex presidentes de México. La Corte lo declaró constitucional, pero modificó la pregunta, que fue la que apareció en las boletas. Por alguna razón, la Corte alteró el contenido de la pregunta. Es probable que la Corte buscara que no tuviera ninguna responsabilidad en concreto, es decir, que no pasara nada. Ya sea que ganará el sí o el no. La misma pregunta era hueca, vacía, no decía nada en particular, solo cantinfleaba. 

Si el titular del Ejecutivo federal tiene la firme convicción de procurar justicia, en contra de algún ex funcionario, las vías jurídicas están abiertas. Se cuenta con una enorme Fiscalía General de la Republica que tiene por mandato constitucional la función primordial de velar por los intereses jurídicos del país. Que no nos den “atole con el dedo” con esta consulta popular, que no preguntó nada en particular. 

El resultado de esta consulta según el INE, fue que participaron 6,643,319 personas en todo el país. En Yucatán, fueron a votar 99,158 personas de las cuales 97,200 por el sí y 1,352 por el no. En Mérida, fueron 18,180 por el sí y 249 personas por el no. Si la pregunta fue: “Estas de acuerdo o no […]”. Si uno vota en sentido afirmativo, ¿cuál habrá sido el sentido de su voto? Si está de acuerdo o no. 

En fin, ojalá este intento de ejercicio democrático no desestimule la participación ciudadana en las cosas de la polis mexicana. Por cierto, estimado lector ¿sabe usted cuánto nos costó esta consulta ciudadana? Un pequeño “desliz” de nuestra frágil democracia, cuyos costes “sólo” fueron alrededor de 600 millones. 

Nos atrevemos a sostener que el pueblo de México quiere que la mano de la justicia caiga contra los ex gobernantes que en el ejercicio de encargo cometieron atropellos contra ciudadanos o realizaron desfalcos contra el erario público nacional. Este reclamo sigue en la conciencia colectiva de millones de mexicanos hartos de soportar políticos sin escrúpulos. 

Por esta ocasión, se perdió la oportunidad de convertir nuestra incipiente democracia representativa en democracia participativa. Ya habrá otra oportunidad esperemos que nos sean otros 600 millones. Debemos visualizar la alternativa del voto electrónico, ya que tanto se presume la era de los gobiernos digitales y abiertos. ¿Estás de acuerdo o no?

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