¿Ir o no ir a Wahinsgton?
El poder de la pluma
Es bien sabido el uso que el presidente Donald Trump hace de las visitas de Estado y más de las recepciones a sus homólogos. La imposición del lenguaje no verbal y las muestras de control ante las cámaras serán prueba de fuego para Andrés Manuel López Obrador en su viaje a Washington.
Son muchas las voces que piden al presidente de México no ir a Estados Unidos por el riesgo de ser utilizado en el marco de la campaña de reelección del republicano. Hoy los números no favorecen a Trump y, ahí sí, la visita de AMLO le cae como anillo al dedo.
No hay que olvidar el mensaje anti inmigrante del que el presidente norteamericano siempre ha hecho gala. Las muestras de odio contra los que llegan desde el sur -incluidos los mexicanos- han permeado en la opinión pública de aquel país e incrementado la xenofobia.
Son muy recordados los discursos en mítines republicanos, donde Donald Trump ha criticado y denigrado a los migrantes al compararlos con criminales y asesinos. Muchas veces, el uso de la fuerza contra la comunidad hispana ha sido captado en noticieros y videos que se hicieron virales en las redes sociales.
Por ello no es una casualidad que la recepción al presidente mexicano se considere fundamental para el primer círculo de la Casa Blanca. En ese escenario, podría llegar de la mano López Obrador el impulso que le falta a la fallida campaña de reelección del magnate inmobiliario.
De este lado del río Bravo la confirmación es oficial: AMLO irá a Washington. No importa el desastroso antecedente que tuvo Enrique Peña Nieto con Trump, ni los continuos improperios que lanza el republicano contra los mexicanos cuando así le conviene.
Si ya es una decisión tomada, pues es momento de considerar una agenda más amplia, que, entre otras cosas, incluya reuniones con organizaciones, asociaciones y grupos de mexicanos que forman parte importante de la vida económica, social y cultural de aquel país.
Incluso, ¡por si las dudas!, no estaría mal un encuentro con Joe Biden, virtual candidato demócrata. Uno nunca sabe cómo se resuelvan los comicios en la Unión Americana y así podríamos evitar que el gobierno de México se pase cuatro largos años lamiéndose las heridas.