|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

¿Por qué conformarse con poner en práctica una caja china si puedes montar toda una industria del desmarque y la manipulación? Y eso es lo que en la práctica hace a diario el gobierno federal, no salen de un escándalo cuando a la vuelta de la esquina ya está esperando el siguiente show.

Nadie puede negar que los temas de interés para los mexicanos conforman una tríada que la administración de López Obrador hace todo por borrar de los medios: el aumento de la violencia, una economía a punto del colapso y la burla en que ha resultado la estrategia para frenar la pandemia de Covid-19.

Sin embargo, los mensajes van en otra dirección. La lucha contra la corrupción es un estandarte que de a poco se despinta, pues, con casos propios que contradicen el discurso presidencial, la autodenominada cuatroté ha desilusionado incluso a muchos fieles pejistas.

Y es que no es lo mismo eso de jugar a la oposición y vivir en el templete criticando todo lo que a tu juicio está mal hecho, que de pronto llegar a donde tanto querías. Una vez ahí, las críticas debieran convertirse en resultados, pero no ha sido así.

No sólo estamos ante lo que será una histórica crisis económica mundial que pone en riesgo el desarrollo de toda una generación, sino también ante el replanteamiento de futuro que trae consigo la “nueva realidad”.

Y es en este contexto que se habla de todo y de nada a la vez. Las conferencias matutinas se han convertido en programas de variedad que siguiendo la ruta del mejor talk show van solo por el rating muy a pesar de los espectadores.

Desde lecturas de poesía, anuncios de rifas, odas a los próceres que acomodan y regaños morales desde el púlpito, los anuncios de las mañaneras sorprenden a propios y extraños. Al mismo tiempo, corre la pólvora de la desidia, el odio y la división, y todo patrocinado desde el poder.

La distracción ha tomado un nuevo significado, pues se ha convertido en una realidad que desorienta a la población mientras se reparten al mismo tiempo carretadas de dinero en forma de apoyos directos y a escasos meses de las elecciones.

Eso sin contar que el nuevo circo que ha montado el gobierno antepone la parafernalia de los anuncios que exhiben la supuesta opulencia de administraciones pasadas, sin criticar los derroches de sus huestes ni a las fichitas que existen en el gabinete.

Lo más leído

skeleton





skeleton