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Todo lo que estorbe debe ser eliminado, pareciera ser la máxima que aplica día con día la actual administración. Ya sea un organismo autónomo, el INE, la Suprema Corte, un partido opositor.

Con aquel cuento populista de que el pueblo pone y el pueblo también quita, se pretenden justificar atrocidades constitucionales como el regalito a Arturo Zaldívar o la kermés de consultas populares a modo que ya se convirtió en una mala costumbre.

Cuando los resolutivos judiciales bloquearon de forma arbitraria el registro del partido México Libre, encabezado por Margarita Zavala y el ex Presidente Felipe Calderón, las huestes obradoristas se llenaron la boca con halagos hacia el árbitro electoral. Incluso, el propio Presidente López Obrador atribuyó el hecho a un acto de “justicia divina”.

Tres Doritos después se rasgan las vestiduras con los casos de Macedonio y Morón, invocando la violación de derechos y normas a conveniencia. Como dice la frase: “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, la ley a secas”.

De todas las sorpresas posibles, la nominación de la hija de Salgado Macedonio para sustituir a su padre en la candidatura, solo agarró mal parados a los más incautos. Si algo han demostrado en Morena es que para ellos los escrúpulos son una especie en extinción.

¿Qué más podemos esperar?, la respuesta es simple: de todo. Lo mismo, candidatos con historiales criminales amparados bajo las siglas de los partidos, como obscenas campañas millonarias que contrastan con la escasez de medicamentos y vacunas contra el Covid-19.

Es lamentable que la aparición de nuevos escándalos distraiga a la opinión pública de los temas que debieran ser centrales en estas elecciones. En el país, está en juego el Estado de Derecho, así como las libertades y, de forma categórica, la democracia en su conjunto.

Para hablar más directo, nos jugamos la opción de decidir por más de lo mismo o abrir la puerta a una alternativa. Los hechos se miden de manera sencilla, valorando la situación económica de las familias, en qué tan seguros o no se sienten los ciudadanos en la calle o, si la gente cree que en el país se respeta la ley o se han extendido la corrupción y la impunidad.

El papel que ha jugado el Poder Legislativo debe analizarse con la importancia que merece y, para ello, unos cuantos minutos podrían bastarle a usted para preguntarse: ¿me ha gustado lo que ha sucedido en estos tres años de la actual Legislatura?, ¿las diputadas y diputados federales han hecho bien su trabajo?, ¿me parece bien que Morena y sus aliados ganen este 2021 la mayoría en la Congreso?

Cada quién tiene sus respuestas y también la forma de decidir su voto. Pero sea cual sea el camino que se elija, no dejemos que el abstencionismo haga su aparición el próximo 06 de junio. Hagamos lo posible por conocer las propuestas, analicemos cómo han actuado nuestros actuales representantes y decidamos entre las opciones la que mejor nos parezca. La ciudadanía tiene el poder de encauzar a México.

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