|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Hoy sabemos que la polarización generada y promovida desde el poder tiene consecuencias graves, las cuales se traducen en una honda división que pasa de lo político a lo social.

La jornada electoral de ayer es muestra fehaciente de ello, atestiguamos no solo enconos ajenos, endosados a la ciudadanía, sino la turbia operación electoral del Estado, que en México parecía haber quedado atrás.

Más allá de los “ganadores” que serán oficializados por el INE y que, en muchos casos, tendrán que pasar por la báscula del Tribunal Electoral, el mal sabor de boca para los ciudadanos tardará mucho en pasar.

La pandemia de Covid-19 vino a poner de cabeza no solo a los sistemas de salud, también a los procesos electorales. Históricamente, las intermedias, como se les conoce a las elecciones de mitad de sexenio y en donde se renueva la Cámara de Diputados, se destacan por la baja participación ciudadana.

Si a ello sumamos el temor que generó el riesgo de contagio en los centros de votación, el resultado de la afluencia en las urnas a nadie debe sorprender. En ese sentido, el abstencionismo tuvo de su lado al hartazgo propiciado por largas filas que se expandían frente a las casillas, debido a la puesta en marcha de los protocolos de sana distancia.

En medio de los altibajos de la política mexicana, nadie puede dudar que el marketing digital llegó para quedarse. A pesar de su arribo tardío, si se compara con otras naciones, en México las campañas a través de redes sociales se convirtieron en un referente durante el proceso electoral 2021.

La democracia mexicana, que a veces no sabe si retrocede o cae de rodillas, se enfrentó este año, en las urnas, al caudillismo político que creímos haber superado. Las trampas y mapacherías fueron constantes, lo mismo en ciudades que en poblados rurales; compra de votos, uso ilegal de padrones, robo de urnas, acarreos e intimidación de votantes, todas, fueron noticia una vez más.

Muchas cosas han cambiado en el país desde la conformación de instituciones democráticas y autónomas, otras, no tanto. Años de triunfos ciudadanos se han visto amenazados por el poder, por una sola voz que, sin importar qué tan fuerte grite, no representa a la población en su conjunto.

En las elecciones siempre hay vencedores y vencidos, grupos que ganan y pierden posiciones e influencia. No permitamos que esa batalla divida a la población, a las familias y las comunidades. Después de las elecciones nos toca seguir en la ruta de construir la Patria, cada uno desde nuestras trincheras, porque no hay que olvidar que al final, todas y todos, somos mexicanos.

Lo más leído

skeleton





skeleton