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Ciertamente los datos que tienen en Palacio Nacional apuntan a que los mexicanos, en su gran mayoría, no tienen la intención de participar en la consulta popular impulsada por el presidente López Obrador y que se realizará el próximo primero de agosto.

De lo contrario, no se explicaría la desesperación que muestran las huestes guindas por difundir a toda costa, y, por cierto, de forma ilegal, este ejercicio ciudadano que perfilaron, desde un inicio, como un batallón de fusilamiento populista e inmoral.

Si existieran pruebas contundentes de que los actores del pasado entre los que se encuentran, como cereza del pastel, los ex presidentes de la República, incurrieron en hechos violatorios que ameriten ser juzgados, no haría falta esta cortina de humo y distracción; simplemente, habría que aplicar la ley, y punto.

La pregunta, entonces, debería ser: ¿para qué esperar más?, si el Estado mexicano tiene las facultades para perseguir los delitos, insisto, si es que hubieren, entonces solo debería actuar en consecuencia. ¿Dónde están las denuncias, las carpetas de investigación, los datos fidedignos que prueban las faltas que se señalan?

En pocas palabras, no es necesaria una consulta popular, por no decir, un circo de comedia, si se respetaran las leyes. No por algo la Suprema Corte le enmendó la plana al Ejecutivo delineando la redacción de la pregunta que deberá aparecer en las boletas; por cierto, texto en el que nunca se menciona por nombre a los ex presidentes (del periodo neoliberal, diría YSQ).

Ante la pasividad del INE, existe desde hace algunas semanas una cruzada nacional en la que funcionarios, activistas y legisladores de Morena buscan acarrear votos a favor de que los ex presidentes Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña puedan ser juzgados. ¿Que no había dejado claro el Instituto Electoral que ellos tenían la difusión exclusiva de la consulta?

No debemos olvidar la última petición del Presidente López Obrador a sus fieles legisladores de la aún 64 Legislatura: bajar el porcentaje mínimo requerido en la consulta para que esta sea vinculatoria. ¿Qué significa lo anterior en buen y mal español?, pues que se dieron cuenta de que con los lineamientos originales que ellos mismos propusieron y la baja votación prevista nomás no les va a alcanzar ni para prender una fogata con lo que pretendían fuera una cacería de brujas.

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