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Los indigenismos, voces procedentes de las diversas lenguas originarias americanas, que han sido incorporados al Diccionario de la Lengua Española (DLE) a lo largo de sus 230 años de existencia son mayormente del arahuaco de la zona del Caribe y las Antillas, seguido por el náhuatl del altiplano central de México y del quechua de la región andina. En mucho menor medida aparecen voces aimaras, guaraníes, caribes y araucanas.

Los mayismos, términos originados del maya yucateco, acuñados en este diccionario “oficial” de la lengua española son poco más de quince, aparentemente de uso común extendido. Vocablos que fueron ingresando al léxico español debido a la necesidad de nombrar el entorno natural, los objetos, costumbres y modos de vida que para los españoles resultaron ajenos al mundo peninsular. Los enlisto con los errores, deficiencias e imprecisiones que éstos presentan.

Unas voces se relacionan con características geomorfológicas como cenote (del maya tz’onot, pozo, abismo) adaptado a la fonética española; con fenómenos geográficos: akalché, pantano (terreno donde las aguas se estancan); insectos coleópteros: maquech (makech o escarabajo sin alas); flora nativa: balché (árbol de la familia de las leguminosas y bebida fermentada con la corteza de este árbol); yaxché o ceibo (ceiba pentandra), o sisal que refiere a la fibra flexible y resistente obtenida del agave. Sisal es nombre del puerto por el que se comercializó la fibra de henequén y atribuido a una variedad de henequén (Agave sisalana). La voz cacao para nombrar al árbol y su semilla deriva del maya kakaw, pero fue nahuatlizada con la adición del sufijo –atl.

El único verbo derivado del maya que figura en el DLE desde hace más cinco décadas es anolar (de nóol, roer, chupar) de uso común en todos los estratos sociales de la península yucateca.

Varios vocablos se relacionan con la gastronomía: pibil (de pib “asar bajo tierra”), se dice de un alimento que se envuelve en hojas de plátano y se cocina bajo tierra, en barbacoa u horneado; salbut, (de zaal, ‘ligero’ + but’ ‘relleno’), aunque erróneamente aparece inscrito como salbute, y descrito como tortilla de maíz, especie de chalupa; del papadzul no da su etimología y lo define imprecisamente como “tortilla de maíz enrollada y cubierta con una salsa hecha de semillas de calabaza y caldo de epazote”; kodzito (de kodz, kotz e –ito) tortilla de maíz en la que se envuelve un relleno. Aunque no es de origen maya, sale el vocablo panucho y se define como “tortilla de maíz rellena con frijoles y carne”.

Curiosamente en el DLE aparece mocho con el mismo significado de la voz maya mooch (tullido, manco): que en su primera acepción dice: “Que carece de punta o de la debida terminación como el animal cornudo que carece de éstas”.
Finalmente aparece el término chacmol (del maya chak mo’ol, jaguar de garra roja; aunque erradamente indica que es una formación moderna del náhuatl: “escultura maya de un dios reclinado, con las rodillas dobladas y una vasija sobre el vientre”.

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