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Si bien las primeras cabezas de ganado vacuno llegaron a Yucatán a fines del siglo XVI por el puerto de Campeche, es hasta el XIX que la industria ganadera se consolida, principalmente en el sur y oriente del estado. Primero españoles y criollos criaban reses en estancias y haciendas maicero ganaderas y explotaban la carne y el cuero y, en menor medida, la leche que se destinaba al consumo local. También se criaban mulas para carga y caballos de tiro y de silla y para vigilancia del ganado.

En la cría de ganado vacuno se atendían los principios genéticos y se prestaba especial atención a los animales enfermos y las vacas próximas a parir, así como el control de garrapatas aunque de forma rudimentaria.

El ramo ganadero fue muy relevante, hasta que con la guerra de castas en 1847 se perdieron casi todas las haciendas ganaderas del sur y oriente y muchas del centro. En 1878, después de una prolongada e intensa sequía, comenzó su proceso de recuperación.

En el sur del estado, con la debacle de la industria cañera y la desaparición de los ingenios azucareros en el municipio de Tzucacab a mediados del siglo XX, la política agraria tiende a convertir las tierras fértiles, antes destinadas al cultivo de caña de azúcar, en pastizales para la actividad ganadera. No obstante, debido a que ésta ocupaba poca mano de obra (unos cuantos vaqueros y personal secundario) y mucha tierra cultivable, se impulsó también la producción de cítricos y frutales mediante la perforación de pozos profundos que, hasta los 90, continuó siendo un cultivo comercial rentable. La producción apícola también constituyó una actividad importante.

La cría y explotación de ganado vacuno a escala comercial en las tierras del rancho Hobonil y Anexas (Tantakin, Yaxché) tiene lugar entre las décadas de 1930 y 1940. En el siglo XVIII, estas tierras eran utilizadas para la cría de ganado, el cultivo de milpa y la cosecha de miel y cera. Así lo confirman los vestigios del lugar: una capilla, un muro con arco en el casco, una casa principal y antiguas construcciones que presuntamente correspondieron a un clérigo. El nombre Hobonil deriva de hobon, corcho o colmena de abejas, e il- locativo, relativo a.

A mediados del siglo XX, Hobonil y Anexas desarrolló –igual que Tizimín y Panabá en el oriente– una de las ganaderías de mayor trascendencia en el sur del estado con la producción y distribución de ganado vacuno criollo y cebú (Nelore y Guzerat blanco). Sus reses obtuvieron importantes premios en ferias estatales y nacionales; la lidia de sus cebúes era un atractivo de los festejos tradicionales en la región, incluso en la cabecera municipal se llevaba a cabo una exposición ganadera y artesanal, que en los últimos años se ha retomado.

La ganadería en Tzucacab sufre un duro golpe al suprimir el libre pastoreo en 1973 con el decreto de la Ley de Encierro que obligaba a los dueños de reses a cercarlas o, en su defecto, venderlas. No obstante, esta actividad continuó en ranchos como Granada, San José y Los Reyes, entre otros. A principios de los 80 existían en el municipio más de 100 predios ganaderos con más de 26 mil animales.

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