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Con frecuencia muchos dudamos entre usar una palabra u otra, y a veces las dos opciones son correctas, como ocurre con los verbos abatanar y batanar, achaflanar y chaflanar, arremangar y remangar, precedidos del prefijo verbalizador a– y el sufijo flexivo –ar, que han sido aceptados por la Real Academia Española (RAE) como sinónimos.

Pero no ocurre lo mismo con los verbos acorretear (en vez de corretear): “El perro está acorreteando a la gallina”, acompletar (en lugar de completar): “No me acompleta para el gasto”, dos verbos de uso común en la península yucateca aún no reconocidos por la RAE. Verbos que a los yucatecos nos parece que algo les falta para que suenen mejor.

Algo similar ocurre con el verbo trancar (en vez de atrancar, que ya no se usa en la región) y que el Diccionario de la Lengua Española (DLE) define como “Cerrar una puerta con una tranca o un cerrojo”.

Para el caso específico del verbo atrancar aparecen en el DLE cuatro acepciones 1) Asegurar la puerta por dentro con una tranca; 2) Atascar (obstruir un conducto); 3) Encerrarse asegurando la puerta con una tranca, y 4. (Coloq.) Atragantarse o cortarse al hablar o leer.

En el maya yucateco se emplean las expresiones no’ox che’ o tóojche’ para la acción de a/trancar y también para referirse al madero grueso con el que se aseguran puertas y ventanas después de cerradas: No’ox che’et u jool le najo’ (Tranca la puerta de la casa).

Por lo general este madero se coloca horizontalmente entre la o las puertas, sostenido por dos asideros de hierro; o sostenido verticalmente en el piso y apalancado en el travesaño central de la puerta.

Además de estas acepciones, en Yucatán trancar también tiene el sentido coloquial de “detener, estancar, dejar de circular”, puede tratarse de la sangre, la respiración, la orina o el excremento; y, cuando esto ocurre, puede causar malestares o complicaciones.

El yucateco que convive estrechamente con la maya puede usar sus símiles en esta lengua: k’alta’ (de k’aal, cerrar, detener con obstáculos y ta’ materia fecal) para referirse al estreñimiento, aunque se aplica más a los animales que a las personas: “Los pollos tienen k’alta’”; o k’alwix (De k’aal, cerrar, obstruir y wiix, orín, orinar), expresión popular genérica, inclusive de aquellos padecimientos en vías urinarias que manifiestan la dificultad para orinar como trastorno común.

Del mismo modo, de tranca deriva tranquear, azotar con una tranca, apalear, y que no figura con esta acepción en el DLE. Tal y como algunas personas hacen cruelmente con los zorros o zarigüeyas cuando se intentan comer a las gallinas.

Finalmente una forma coloquial grosera de referirse a tener sexo o fornicar es “tranquear al zorro”, en esta locución está la idea que la tranca es el miembro viril y la zarigüeya (zorro en el español regional) es la vagina.

Algo así como “Despeinar la cotorra” o “Apuñalar al oso” usados en el altiplano central.

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