Tarea primordial de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán en la promoción, difusión y defensa de los derechos humanos, es llevar el conocimiento de los ordenamientos legales que tutelan esas prerrogativas a todos los sectores de la sociedad, a fin de que sean respetadas plenamente las libertades fundamentales que protegen y garantizan dichos ordenamientos.

Cuando la sociedad y los tres niveles de Gobierno cumplan, observen y respeten las legislaciones en todos los ámbitos, se habrá llegado a la consolidación plena del estado de derecho.

Las violaciones a los derechos humanos pueden cometerse a propósito, es decir, de manera intencionada, por omisión, lo cual no disculpa al infractor, o por desconocimiento de la norma, lo cual tampoco es justificante.

El pasado día 24 informamos a la sociedad a través de un comunicado de prensa la discriminación sufrida por un joven con discapacidad en el establecimiento Classico Península, en nuestra ciudad capital, a quien por su condición de persona con discapacidad le negaron el ingreso a dicho lugar.

Al enterarnos, por las redes sociales, iniciamos el procedimiento de oficio para investigar el caso. La documentación elaborada la turnamos al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), organismo con jurisdicción para recibir y resolver las quejas por presuntos actos discriminatorios cometidos por particulares.

También pedimos la intervención de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), por la contravención al Artículo 58 de la Ley de Protección al Consumidor, como señalamos en la información que proporcionamos a los medios de comunicación.

Todavía nos queda mucho camino por recorrer en todas partes del mundo para que los derechos de todas las personas que integran nuestra sociedad sean reconocidos, respetados, sobre todo, en lo que respecta a los grupos en mayor situación de vulnerabilidad que la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la Cámara de Diputados define así: Persona o grupo que por sus características de desventaja por edad, sexo, estado civil; nivel educativo, origen étnico, situación o condición física y/o mental; requieren de un esfuerzo adicional para incorporarse al desarrollo y a la convivencia.

Más allá de leyes, normas y reglamentos que nos obligan a cumplir para actuar bien en nuestro conglomerado social, está la nobleza del ser humano, que hace suyos dos valores fundamentales: Respeto y solidaridad, extensivos a todas las personas.

Mientras haya quienes no apliquen esos y otros valores más, seguiremos insistiendo en el cumplimiento de las leyes, en la defensa de las prerrogativas fundamentales de nuestra ciudadanía.