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Las hojas del calendario siguen cayendo y estamos a poquito más de un mes de llegar al día de la elección, que será histórica; mare lo mismo dicen de cada comicio y sí, tienen razón, porque cada jornada electoral es histórica por todo lo que lleva en su contexto.

Hablando de las más recientes, tenemos la de 2000, cuando, después de más de 70 años, el PRI dejó la Presidencia al llegar Vicente Fox, de Acción Nacional, en una jornada polémica porque eran entre 6 y 7 p.m., cuando no existía tanta velocidad para el conteo por el uso de la tecnología y, a pesar de que mucha gente aún estaba contando y defendiendo el voto, salió el presidente Ernesto Zedillo en cadena nacional a felicitar a Vicente Fox por su triunfo.

Seis años después, en una elección muy cerrada, el PAN refrendó la Presidencia con su candidato Felipe Calderón, quien le ganó por un margen muy cerrado a López Obrador, y este último se pasó seis años diciendo que era el presidente legítimo y bloqueando la Avenida Reforma en la capital, perjudicando a mucha gente que ahí trabaja, sin importarle esto con tal de seguir montado en su berrinche.

Fue la elección de 2012 la que marcó el regreso del PRI a la Presidencia de la mano de un candidato muy carismático como fue Peña Nieto, siendo su mayor fortaleza las redes sociales que hoy son su mayor debilidad, cosas que pasan cuando suceden.

La de este 1 de julio será nuevamente una elección histórica. ¿Será que por fin llegará a presidente el Peje, que regrese el PAN a la Presidencia o se mantenga el PRI de la mano de Pepe Meade?

Mucho se ha hablado de lo que fue el último debate, que en ocasiones parecía más un programa de La carabina de Ambrosio, porque cómo se dijeron chistoretes; empezó el Peje al decir que guardaría su cartera porque se iba a acercar Anaya, y el Bronco, muy a su estilo y como es su costumbre, con su palabrería muy norteña, y Anaya con sus acusaciones, pero sin responder todas las dudas que hay sobre el enriquecimiento repentino de él y su familia; siendo Meade el que nuevamente se basó más en dar propuestas.

La realidad es que la decisión es de los ciudadanos, pero estos debates parecen más un programa de comedia que de plataformas políticas, masinó.

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