Yalitza
El poder de la pluma
Después de admirar, en la pantalla de una sala de cine, el extraordinario trabajo dramático de Glenn Close caracterizando a Joan Castleman en “La buena esposa”, y la formidable interpretación del papel de Ana de Gran Bretaña, que recayó en la actriz Olivia Colman en “La Favorita”, pienso que era predecible que nuestra Yalitza no tuviera ninguna posibilidad de llevarse a Oaxaca la estatuilla del Óscar a la mejor actriz en un papel protagónico.
Ciertamente la actuación de Yalitza fue muy buena, bastante buena diría yo, creo incluso que fue justa y merecidamente nominada a recibir el Óscar; estoy en franco desacuerdo con quienes señalan que se le nominó debido a su condición de indígena buscando aparentar que la Academia no discrimina. Yalitza Aparicio quedó atrapada en un intenso huracán en que se convirtió su vida en los últimos meses, después de que, sin una educación formal en el campo de la actuación, demostrara un talento nato que alguien descubrió por pura casualidad cuando ella, sin proponérselo, participó en una audición como si se tratara de una travesura, a ver qué pasaba.
Pero la verdadera prueba de fuego para Yalitza no estuvo durante esos instantes en los que, sentada en su butaca del teatro Dolby y aferrada del brazo de su madre, esperaba impaciente el anuncio de la ganadora. Probablemente, si los eventos recientes no habían nublado su juicio y había logrado navegar por esas aguas conservando gran parte de su humildad natural, sabía en su interior que se enfrentaba a un desafío demasiado grande, aunque quizá abrigaba la esperanza de un posible milagro. Pero no, esa no fue su prueba suprema.
La verdadera prueba que será determinante para ella viene ahora, y en ella se juega su futuro. Estoy seguro que le habrá gustado esta experiencia, no solo conoció a grandes personalidades de la industria cinematográfica, sino que se convirtió en una de ellas y obtuvo merecidamente su atención y su respeto. Se plantó de pronto, y lo hizo con una dignidad admirable, ante las más grandes estrellas de una industria a la que llegó por accidente, pero en la que podría mantenerse si comprueba que posee no solo el talento, sino también la determinación, disciplina, inteligencia y paciencia para quedarse ahí durante algún tiempo o incluso seguir subiendo escalones, mientras poco a poco se le opaca el brillo.
Tendrá oportunidad de enfrentarse a sí misma y superarse, cuando reciba, como espero que suceda, alguna invitación para otra participación que le exija salvar un mayor obstáculo, y lo consiga exitosamente. Salvo que ella misma decida que esto fue una hermosa aventura y quiera retornar a su previa y apacible vida, el futuro inmediato la obligará a someterse al fuego que templa el acero y lo fortalece, el mismo fuego que hace arder la paja y la reduce a cenizas. ¿De qué está hecha Yalitza?