|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La movilidad urbana en el futuro cercano se antoja compleja, ya que se encuentra inmersa en un proceso de remodelación profunda, a la par que plantea descomunales retos para las autoridades metropolitanas. También podría significar formidables oportunidades.

La demanda global para la movilidad de pasajeros en áreas urbanas se duplicará en 2050. Entretanto, el número de viajes individuales realizados diariamente ha crecido de manera considerable, añadiendo presión sobre los sistemas de movilidad urbana.

Y si hablamos de la movilidad de bienes de consumo, ya estamos experimentando un dinamismo extraordinario, que aún tiene expectativas de mayor crecimiento, especialmente en áreas urbanas densamente pobladas, debido al importante crecimiento del comercio electrónico que viene acompañado de un impresionante auge en la demanda de envíos de la última milla, o last mile delivery, como se conoce internacionalmente a estos servicios de reparto de mercancías a domicilio, cuya principal característica es hacer llegar cosas hasta el destinatario final de la forma más rápida y económica posible.

Hoy, vehículos ligeros como bicicletas y motocicletas de servicios como Uber Eats o Rappi, además de los del servicio de cada restaurante o pizzería, inundan las calles como nunca. Esta logística del último kilómetro se está convirtiendo ya en un diferenciador clave para los comercios al menudeo, ya que está haciendo fácil realizar compras de casi cualquier cosa. Los supermercados también ya brindan estos servicios de surtir pedidos en línea y las amas de casa recurren más a ellos. Es necesario que los comercios se aseguren de tener la capacidad de proveer, ya sea por sí mismos o a través de socios estratégicos de la cadena de suministro, un servicio excepcional, para ir ganando posición en el mercado y construir una reputación de marca con la consiguiente lealtad de los clientes.

Estas tendencias, en permanente evolución dentro del ecosistema de la movilidad, implican oportunidades de mejora. Uno de ellos es lograr una adopción acelerada y sin contratiempos de los avances tecnológicos convergentes, como las aplicaciones que usan big data, inteligencia artificial y el internet de las cosas. Pero también plantean desafíos regulatorios y normativos profundos, de modo que en el terreno legislativo se debe evitar caer en la tentación de aplicar remedios paliativos de corto plazo. Vemos actualmente que se crean o modifican leyes para intentar, sin mucho éxito, crear un marco normativo que funcione para regular trici y moto taxis y las plataformas electrónicas que ofrecen servicio de traslado de personas; apenas hace un par de días nos enteramos de una propuesta de prohibir la venta de bebidas alcohólicas por medios digitales.

Sin duda, las nuevas soluciones de movilidad tienen impactos que deben ser analizados cuidadosamente, para diseñar sin improvisaciones el ecosistema óptimo para su gestión y desarrollo futuro.

Lo más leído

skeleton





skeleton