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Las interrupciones en el suministro de energía eléctrica pueden representar un costo muy alto para muchas compañías, ya sea comerciales, de servicios o industriales. Frecuentemente las interrupciones son breves, sin embargo, aun una pequeña interrupción de 5 minutos puede poner en jaque las operaciones de una empresa y, habiendo tanto valor económico en juego, los negocios no tienen más opción que desarrollar una estrategia energética para incrementar su resiliencia empresarial y corporativa.

El problema de los cortes frecuentes, pero también de la calidad de la energía, no es un asunto exclusivo de la CFE en nuestro país; una gran cantidad de empresas generadoras y distribuidoras de servicios de energía eléctrica en todo el globo se enfrentan a serios desafíos para proveer de electricidad confiable y de alta calidad a sus usuarios, ya que existen presiones muy fuertes para mantener bajos los precios; mientras la densidad poblacional aumenta, los fenómenos climáticos y meteorológicos son más inclementes, causando olas de calor e incendios forestales, al mismo tiempo que la infraestructura de las redes de transmisión y distribución envejece ante la falta de inversión para modernizarla.

Los cortes en el suministro eléctrico continuarán siendo frecuentes en el sureste de México, en California o en Manhattan en EU, o en cualquier otro lugar donde existan condiciones para ello.

Se ha calculado que el apagón de 2003 en Nueva York ocasionó pérdidas de entre 4 y 10 millardos de dólares, y el de hace unas semanas dejó a más de 72,000 usuarios en la obscuridad. Este tipo de eventos en la industria manufacturera, comercio minorista o almacenaje en frío puede derivar en altas pérdidas de producto. Asimismo, durante un apagón, algunos ambientes pueden volverse inseguros, ya sea por un derrame de sustancias peligrosas y robos en tiendas de autoservicio; el simple hecho de que los clientes abandonen la tienda sin completar sus compras ya representa pérdidas sustanciales. Mucha de la maquinaria y equipo que utiliza una empresa puede requerir arranques y paros lentos o ser sensible a estas interrupciones, lo que podría ocasionar daños severos con la consecuente pérdida económica. Estudios sugieren que a un trabajador puede tomarle hasta 30 minutos recuperar la concentración después de una distracción menor. Los costos son muy altos.

Estoy seguro de que veremos cada vez mayor interés en los sistemas de almacenamiento de energía, que, junto con sistemas de gestión basados en inteligencia artificial y generación renovable en sitio, representan una estrategia exitosa para incrementar la resiliencia de la empresa ante estos eventos no deseados, pero algunas veces inevitables y costosos. El reto para los inversionistas es convencerse de realizar una fuerte inversión de capital, cuyo beneficio se reflejará en reducir los costos operativos; así que medir correctamente el ROI seguramente les motivará a considerar seriamente esta estrategia.

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