|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Si somos capaces de concebir un futuro más sostenible y queremos convertirlo en realidad, necesitamos una visión que exceda los límites de la aproximación tradicional con la que abordamos todo proyecto que contemple la construcción de edificios e infraestructura.

Ante la amenaza que significa la crisis climática, estamos obligados a hacer diseños robustos, pero conservándolos asequibles; a proponer edificios de alto desempeño, que sean capaces de compensar su consumo energético anual con energía renovable, que en su construcción utilicen materiales fáciles de obtener y de muy alta relación costo-beneficio y que en su operación sean muy eficientes. Para lograrlo, hay al menos cuatro elementos que tienen que contemplarse: profundizar, dar prioridad a la resiliencia, usar alta tecnología e innovación.

No importa el tipo o tamaño del proyecto, asegúrate de alcanzar una profunda y amplia comprensión del programa, sus objetivos y los retos a los que se enfrenta. No solamente hay que tener claro cómo es el espacio disponible para el diseño, sino también los aspectos sociales y comunitarios, medioambientales y económicos que lo rodean. Cuando profundizas en la comprensión amplia de todos estos aspectos, con una aproximación holística y sistémica, no solamente estás haciendo un diseño sobresaliente, sino uno muy efectivo y funcional que tiene en consideración cada desafío imaginable y previsible.

Sin ningún asomo de duda, hoy la resiliencia es algo prioritario en cualquier proyecto, y hemos atestiguado en los últimos años un creciente énfasis en ella, pero aún debe incrementarse la adopción generalizada de la resiliencia como un instrumento para brindar soluciones efectivas a los proyectos ante el aumento, tanto en frecuencia como intensidad, de todo tipo de desastres naturales. Muchos sitios se encuentran en riesgo de padecer alguna forma de evento extremo del clima, ya sea huracanes, tornados, incendios, inundaciones y otros, por eso además de ultra eficiencia energética, confort, salud, costo beneficio y constructibilidad, la resiliencia tiene que estar presente en todo el proceso de diseño.

Las presiones para reducir los costos y las emisiones de carbono en la cadena de valor de la industria de la construcción, junto con la escasez de mano de obra especializada, son retos que dificultan los proyectos de infraestructura. Ahí es donde el uso de alta tecnología puede ser un aliado importantísimo. Toda tecnología que aporte mayor calidad y optimización del uso de recursos naturales o energía eléctrica merece ser analizada e incluida en el proyecto.

Suele confundirse la innovación, con la tecnología de punta, que a veces es hasta un poco exótica. Pero lo verdaderamente innovador es el modo como integramos esa tecnología al proyecto, manteniendo una mente abierta, dispuesta al ingenio, que no dé nada por sentado y que guste de explorar toda variante que sea viable y factible.

¡Tengámoslo en cuenta, vale la pena!

Lo más leído

skeleton





skeleton