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Antes de convertirse la industria de la pornografía en un sistema dedicado a la explotación de figuras corporales exageradas o convertir los cuerpos en mercancías para ser explotados para satisfacer a sus consumidores, los cuales con la llegada del internet se multiplicaron en forma exponencial, en sus orígenes tuvo una finalidad política que permitió combatir las reglas y mecanismos de control social durante las monarquías europeas.

Los estudios sexuales y sociológicos que abordaron el tema de la pornografía y sus consecuencias coinciden en colocar como primer pornógrafo a Pietro Aretino (1492-1556), considerado por muchos como “el azote de los príncipes”, quien se hizo famoso por publicar sus Sonetos Lujuriosos acompañados por 20 placas de posiciones sexuales entre un hombre y una mujer, dibujadas por Giulio Romano y grabadas por Marco Antonio, y, aunque el autor no tuvo relación con la manufactura de aquéllas, en el imaginario popular de la época y las siguientes sobrevivieron con el nombre de “las posiciones de Aretino”.

Hijo de una cortesana famosa por su belleza que modelaba para los pintores de cuadros sacros, Aretino nació en Arezzo, Italia, en medio de la pobreza, situación que le permitió conocer de cerca muchos de los problemas que aquejaban a los italianos. Por ese motivo, a los 15 años de edad publicó su primer soneto criticando la venta de indulgencias que le valió la expulsión de su pueblo. Muchos años después estuvo integrado a la corte del papa León X, donde conoció los desenfrenos de las orgías de los libertinos, lo que le permitió estrechar lazos con otros miembros de las clases altas.

Aretino se caracterizó por alquilar su pluma para lanzar ataques despiadados contra varios miembros que estorbaban a una grupo de élite o, en muchos casos, se permitía el ataque a miembros prominentes de la comunidad, ya que era respaldado por amistades muy poderosas que le daban su venia para que su pluma destruyera reputaciones o convirtiera a algún religioso en el hazmerreír del pueblo.

Como anotamos al principio, las escenas sexuales que armaba Aretino eran destinadas a colocar a esos personajes prominentes en escritos donde realizaban actos sexuales, posiciones o aficiones depravadas; en muchos casos, los atacaba insinuando que eran afectos a la sodomía o de costumbres “afeminadas”. Todos estos supuestos cuadros sexuales siempre tenían una crítica abierta contra la sociedad que le tocó vivir.

Aretino usó la pornografía para atacar las perversiones de los clérigos y la corte, aunque incluyó también ataques a las aberraciones de la educación humanista. Su vida consistió en una colección de amigos y enemigos, capaz de atacar a los poderosos únicamente porque tenía amigos aún más poderosos. Pese a esta ideología escondida en sus obras, sus sonetos pasaron a la posteridad como un manual y una guía para la experimentación erótica sin tomar en cuenta las connotaciones políticas o a los fines detrás de estos documentos.

 

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