Emiliano Zapata: un poblado sueño de traidores (I)
El poder de la pluma
La Revolución Mexicana representó un cambio radical debido a las reformas sociales y económicas que promulgaron en la Constitución de 1917, aunque debieron ocurrir cientos de asesinatos y muchos años para cimentar la más importante demanda: devolver a los campesinos la tierra que le fue arrebatada debido a la voracidad de los hacendados y repartirla entre las familias que veían a la distancia cómo su único medio de subsistencia se agotaba por la sobreexplotación del suelo en las grandes plantaciones de caña de azúcar. Esta bandera enarbolada hoy en día, estuvo concentrada en la voz de uno de los personajes históricos que aún permanece detrás del silencio oficial: Emiliano Zapata.
Zapata representó un peligro tanto para porfiristas como para los revolucionarios, la mayoría de ellos hacendados y propietarios de vastas extensiones de tierra, debido a que su motivación principal representaba desgajar de un certero golpe la fuente de riqueza de ese puñado de familias que encabezaron la revolución, quienes con Francisco I. Madero querían un llano cambio de poder más que reformular las condiciones económicas de México. La postura “radical” del proyecto zapatista quebraría el apoyo que la burguesía y algunos hacendados norteños brindaron al movimiento maderista.
Pedro Ángel Palou urde a través de la novela Zapata un complicado rosal de esperanza aderezado de traiciones que lentamente erosionaron al Ejército del Sur, cuyo centro de operaciones estuvo en Morelos. En este ejercicio literario estructurado bajo la premisa de verdad e historia del corrido mexicano, nos conducirá a la épica interior de un héroe nacional que luchó contra la censura y la campaña de desprestigio que los medios nacionales lanzaron en su contra; esa idea de compararlo con Atila, el Atila del Sur, epíteto que sintetizó en el imaginario de la época un ejército de pobres dedicados al asesinato y al saqueo, hundiendo bajo esa falsa sombra la incipiente reforma agraria que sería el plan de acción y meta de Emiliano Zapata.
Una narración cruda sobre ese sentimiento de impotencia, duda y abandono que iba mermando el jovial carácter de Zapata, la novela sienta las bases de esa rabia que hervía en la sangre de los morelenses ante la negativa de los gobiernos revolucionarios de concederles su única demanda: tierra. Una multitud de cóleras concentradas en un solo hombre, que cansado de esperar esa justicia social enarbolada en el naciente proyecto de nación, lo obligó a mantenerse en pie de guerracontra Porfirio Díaz, contra Francisco I. Madero, contra Victoriano Huerta, contra Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, porque ninguno contempló el Plan de Ayala, documento clave de las condiciones del reparto agrario que demandaba el zapatismo, en sus agendas de reconstrucción nacional. Aquí cada capítulo nos lleva a la espiral de ahogo que erosionó el espíritu de Zapata, en donde nuestra admiración crece ante una convicción que pese a ese tortuoso camino burocrático sin resultado alguno, no cesa, no amaina, sino que se vuelve roca que sostendrá la decisión de mantenerse levantados en armas.