Porque eso es la muerte: vivir
Rodrigo Ordóñez Sosa: Porque eso es la muerte: vivir
En un café platicábamos sobre el tiempo que vamos dejando en el trabajo, proyectos o relaciones consumidas en lo superficial de lo cotidiano, sin que exista ningún margen para soñar con el futuro, utilizar una parte del día en nosotros o cómo, sin darnos cuenta, pasan semanas o meses sin que planees algo que no sea tu jornada laboral, en donde acomodas tus intereses, a tu pareja o tu tiempo libre en horarios cada vez más reducidos o los desapareces de tu agenda.
Sin duda la actual pandemia significó, para algunos, aprovechar permanecer en casa, aunque no necesariamente un cambio en el paradigma de sus vidas, simplemente se borraron las fronteras entre lo personal y lo laboral, dejándonos con menos tiempo libre, sin oportunidad de hacer nada más. Esta situación me recordó mucho el trabajo de los gemelos brasileños Gabriel Bá y Fábio Moon que publicaron en 2010 la miniserie Daytripper.
La historia nos habla de Brás de Oliva Domingos, hijo de un famoso novelista, que trabaja de redactor de esquelas en un periódico y que sueña con ser escritor. La novela gráfica aborda ese momento de la vida en que descubrimos nuestra propia mortalidad, donde te replanteas el rumbo de las decisiones que te llevaron a ese punto, sobre la infancia, la relación con tus padres, el primer amor, la familia, los amigos y familiares perdidos, la muerte y, lo más importante, como cada parte de nuestra historia está hecha de momentos que permanecen indelebles.
Cada uno de los temas asemeja un cuadro de nuestro pensamiento interior, una crónica sobre las sensaciones de nuestro primer viaje, la esperanza en el primer amor, cómo este permanece impregnado en cada uno de los recuerdos; cada capítulo cierra con la muerte del protagonista en un momento importante de su vida, cuando va a cumplir su gran sueño o anhelo, muere de manera trágica, dejándonos las preguntas: ¿has hecho lo que has querido? ¿Eres feliz con todo lo que has logrado? ¿Estás en el lugar que deseas?
También vemos cómo el protagonista pierde años de su vida en relaciones carcomidas por la monotonía, quedándose con una persona que se niega a cambiar. Independientemente si deciden leerlo o no, si hay algo que debemos hacer es un alto en nuestra historia personal, revisar cuántos momentos atesoramos, si son muy pocos, hay que seguir nuestro camino, avanzar hacia nuevas metas, nuevos proyectos, tomar otras decisiones o cambiar nuestra perspectiva, hay que recordar, como el protagonista, que la vida es un viaje solitario hacia un puñado de metas y anhelos, a los cuales en el trayecto interesaran a alguien más, se sumará y compartirá los suyos, para hacernos sentir que el camino valió la pena, porque en segundos todo cambia, dejándonos en el vacío con la frustración de saber que debimos hacer más para ser felices.