Volver a las enseñanzas de Don Juan
Rodrigo Ordóñez Sosa: Volver a las enseñanzas de Don Juan
En la facultad uno de los libros que revisamos sobre las formas etnográficas fue Las enseñanzas de Don Juan, de Carlos Castaneda, aunque originalmente estaba escrito en forma de un diario de campo, mientras avanza se transforma en una manera de mirar el mundo, otra forma de entender cómo se desarrollan algunos aspectos del alma, la percepción y el poder. Ahí residió una de las cualidades que catapultaron al antropólogo convertido en escritor en una celebridad dentro de la contracultura de los años sesenta.
Esa búsqueda por encontrar otra manera de comprender el mundo a través de los ojos de otra cultura le abrió las puertas a tres libros más, los cuales pronto se volvieron fuente de consulta para quienes creían en enlazar al ser humano con la naturaleza a través del consumo de infusiones sagradas de peyote.
Las enseñanzas de Don Juan fue su proyecto de tesis para optar por su grado de Maestro, por ese motivo su estructura original se asemeja a un diario de campo y mantiene un lenguaje antropológico, donde cuenta sobre su búsqueda de informantes que le enseñen las aplicaciones del peyote y la preparación espiritual y mental para enfrentar los embates de este alucinógeno, el cual tiene propiedades que, sin una adecuada claridad sobre el objetivo de para qué consumirlo, podría llevarlo a un viaje sin retorno.
El libro entonces está orientado a mostrar la forma religiosa de consumir este alucinógeno, según su guía Don Juan, quien le enseña la manera en que se debe centrar en un punto en el espacio antes de consumirlo, detectar los posibles peligros como son las cargas o brumas mentales que traemos desde la infancia, ya sean complejos, dudas o querer probar este “mezcalito” como una forma de entretenimiento, olvidando que dentro de él reside un estimulante cerebral lo suficientemente poderoso como para dejarnos fuera de la realidad por bastante tiempo.
Los tres libros que le siguieron, editados por el Fondo de Cultura Económica, narran sobre el viaje que emprendió el narrador para convertirse en parte de la comunidad de brujos, su obra fue una pieza importante para la contracultura en México, porque otorgó una estructura (pese a la disputa sobre antropología y literatura) a quienes veían en el camino de la psicodelia una espiritualidad basada en la conexión con la naturaleza.
Lo interesante que estos cuatro libros publicados en México: Las enseñanzas de Don Juan; Una realidad Aparte; Viaje a Ixtlán; y Relatos de Poder, tuvieron una segunda parte compuesta por cinco libros más, aunque menos exitosos que esta saga, que permitieron que el autor se convierta en líder de un movimiento que hablaba sobre la tradición de los brujos y su retorno, de una forma u otra. Este inicio de año recordé estos libros porque nos permiten creer que podemos trascender más allá de nuestro presente, además que nos devuelven la voluntad de creer en que existe algo más.